Entrada a la cámara del Senado en el Capitolio, en Washington. (Foto: AP Foto/J. Scott Applewhite)
Entrada a la cámara del Senado en el Capitolio, en Washington. (Foto: AP Foto/J. Scott Applewhite)

A menudo esquivo, el centro político se mantiene estable en el estadounidense mientras una coalición de senadores demócratas y republicanos ignora a los críticos para sacar adelante un paquete de infraestructura de US$ 1 billón.

Por un lado, los demócratas han ignorado las quejas de los liberales que dicen que la propuesta no es suficiente como primer pago para una de las prioridades del presidente .

Del otro, los republicanos están ignorando en gran medida las críticas de sus voces más conservadoras y distantes, incluido un aluvión de insultos del expresidente Donald Trump mientras intenta descarrilar el paquete.

En total, unos 70 senadores parecen estar listos para aprobar el proyecto de ley de infraestructura bipartidista, un recuento potencialmente robusto de legisladores ansiosos por aprovechar los miles de millones en nuevos gastos que desatará para proyectos de obras públicas en casa.

“Esto es algo que une a este país”, dijo el senador Rob Portman, republicano por Ohio, uno de los principales negociadores. “Necesitamos la inversión, seamos honestos”.

Los senadores despejaron otro obstáculo el domingo por la noche, al votar 68-29, a pesar de que algunos opositores intentaron agotar el tiempo del debate y arrastrar su aprobación hasta el martes. La medida pasará entonces a la Cámara de Representantes.

“Una votación muy buena y abrumadora”, dijo el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, demócrata por Nueva York.

El inusual empuje bipartidista refleja un centro de poder político que ha surgido desde el medio del pasillo en el Congreso estrechamente dividido. Durante semanas, los senadores han negociado y dado forma al paquete, superando el estancamiento partidista para lograr un compromiso con la Casa Blanca de Biden.

Respaldado por Biden y una importante coalición de grupos empresariales, agrícolas, laborales y de interés público, el paquete es una de las mayores inversiones de este tipo en años. La Ley de Empleo e Inversión en Infraestructura busca inyectar casi US$ 550,000 millones en carreteras, puentes, internet de banda ancha, tuberías de agua y otros sistemas de obras públicas que sustentan la nación.