El secretario de Vivienda de Estados Unidos, Ben Carson (izquierda), propuso elevar la renta en las 100 áreas urbanas más grandes del país. (Foto: AP)
El secretario de Vivienda de Estados Unidos, Ben Carson (izquierda), propuso elevar la renta en las 100 áreas urbanas más grandes del país. (Foto: AP)

El secretario de Vivienda dice que su propuesta de subir un 20% los alquileres de personas de bajos recursos es una forma de incentivar a la gente a que busque trabajo. A Ebony Morris y sus cuatro hijos pequeños, el aumento puede dejarlos sin techo.

Morris vive en Charleston, Carolina del Sur, donde la mayoría de los hogares que reciben asistencia del gobierno para pagar su vivienda recibirían aumentos de un 26%, término promedio, según un análisis del Centro para Prioridades del Presupuesto y Otras Políticas hecho para la Associated Press. El aumento que le correspondería a ella sería de casi el doble.

En términos generales, el análisis indica que en las 100 áreas metropolitanas más grandes del país, los inquilinos de bajos recursos, incluidos muchos que tienen trabajo, pagarán un 20% más bajo este plan. El incremento es seis veces más alto que el de los pagos por hora trabajada y hace que mucha gente corra peligro de quedarse sin vivienda.

“Las viviendas públicas me ofrecían la oportunidad de encaminarme, saldar deudas y algún día comprar una casa”, declaró Morris, cuyo alquiler subiría de US$ 403 al mes a US$ 600. “Esto nos dejaría sin techo”.

Hay unos 4 millones de hogares que reciben ayuda de la secretaría, conocida por sus siglas en inglés, HUD, que serían afectadas por la propuesta, la mitad de ellas en forma inmediata y el resto en forma escalonada.

La propuesta, que debe ser aprobada por el Congreso, es un nuevo intento del gobierno de Donald Trump de reducir los programas de asistencia social, con el argumento de que si se es menos generoso, la gente tendrá más incentivos para buscar trabajo.

“Es nuestro intento de darle a los pobres un camino para salir de la pobreza”, declaró Carson en una reciente entrevista con Fox News.

El análisis indica que las familias serán las más afectadas. De los 8.3 millones de personas que serían impactados, más de 3 millones son niños.

Morris, empleada de una pediatría, dice que a veces trabaja 50 horas semanales para salir adelante. Y pronostica penurias para sus hijos si se aprueba el aumento de los alquileres.

“Comida, electricidad, uniformes escolares”, manifestó. “Internet para las tareas de la escuela. Todas sus lecturas requieren de la internet, sin ella se retrasarían. Los chicos tienen actividades que habría que suspender. Sería muy difícil pagar las cuentas”.

“Esta propuesta de subir los alquileres de las personas de bajos recursos no crea trabajos bien pagados por arte de magia”, expresó Diane Yentel, directora ejecutiva de la Coalición Nacional de Viviendas de Bajos Ingresos. “Hará que a las familias que enfrentan dificultades les resulte más duro todavía salir adelante al anular la estabilidad que hace posible que puedan buscar y mantener empleos”.

La propuesta de Carson, anunciada el 25 de abril, permitiría a las autoridades fijar requisitos de empleo, aumentaría el porcentaje del sueldo que pagan los inquilinos de 30% a 35% y elevaría el alquiler mínimo de US$ 50 a US$ 150.

También eliminaría deducciones por la atención médica y el cuidado de los hijos, y por cada hijo. Actualmente las familias pueden deducir US$ 480 por hijo en su declaración de rentas anual, lo que reduce significativamente el alquiler.

Melissa Maddox Evans, consejera del departamento de vivienda de Charleston, cree que la propuesta parte de una premisa falsa: que los residentes de viviendas públicas no trabajan y que los aumentos de alquileres los empujarán a buscar trabajo.

“La mayoría de los inquilinos tienen dos o tres empleos”, aseguró.