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Hay tensión en la que no se resolverá en la reunión de la próxima semana cuando los miembros fijarán las tasas de interés.

La forma en que se resuelva esa tensión puede ser la clave para determinar si la inflación finalmente se puede estabilizar en torno a –o posiblemente por sobre– el objetivo del 2% de la Fed. También puede determinar la duración de la expansión económica, que ahora se encuentra entre las más largas, y ser el juez sobre si los estadounidenses realmente sienten que están recibiendo un alza.

La tensión tiene relación con qué hacer en cuanto a la proyección del banco central de una tasa de desempleo del 3.6% para el próximo año y el 2020. La cifra surgió del Resumen de Proyecciones Económicas publicado después de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) del 20 y 21 de marzo, el primero bajo la presidencia de

La nueva estimación del 3.6% es una gran reducción frente a las proyecciones anteriores del 3.9% para el 2019 y 4% para el 2020. (¡Este es uno de los pocos casos en que una contracción en una proyección es algo bueno!). Es aún más sorprendente cuando se considera que el mismo documento de la Fed también estima la cifra sostenible a mayor plazo en un 4.5%.

Para toda la importancia de ese cambio, el famoso –y a veces ridiculizado– gráfico de puntos de la Fed no evolucionó tanto. La mediana de las proyecciones mostró que los funcionarios anticiparon tres alzas de tasas este año y tres el próximo año. Una creciente minoría optó por cuatro para este año, pero dada la proyección de un desempleo tan bajo, se podría haber esperado un cambio amplio a favor de alzas de tasas más rápidas.

Se le preguntó largamente a Powell sobre los puntos en su conferencia de prensa inaugural después de la reunión del FOMC, pero no reveló mucho. Quería que la gente se centrara, más que nada, en el aumento de un cuarto de punto en la tasa de referencia. Muchos comentarios destacaron el estilo de Powell y lo que él tenía que decir sobre el comercio y los recortes de impuestos.

Por lo tanto, la cifra de empleos, y su no relación con las proyecciones para las tasas de interés, no se discutió lo suficiente; pero sí captó la atención durante un panel en la reunión del Instituto de Finanzas Internacionales realizada la semana pasada en Washington. Jason Cummins, economista jefe de Brevan Howard Inc., calificó la proyección de desempleo del 3.6% de "bastante notable".

La implicancia es que, ante la ausencia de un cambio significativo en el panorama de las tasas de interés, la Fed de Powell podría estar preparándose discretamente para permitir que la economía se acelere aún más. Si la inflación supera el objetivo del 2% durante un tiempo, que así sea. Sin duda resolvería el problema de no alcanzarlo. Aquí está el truco:

Es difícil para la Fed decir explícitamente que quiere una mayor inflación y está dispuesta a dejar que avance. Eso es algo muy difícil de vender en el Congreso, al que responde la Fed en última instancia, incluso si uno de los resultados de esa política fueran aumentos salariales significativos que la gente pueda ver concretamente. Es mejor que la Fed sea discreta y evite la confrontación.

Hablando de discreción, una explicación de la insistencia de Powell durante su conferencia de prensa sobre solo hablar de la decisión de la tasa de interés: puede estar tratando de volar bajo el radar tuitero de “ya sabe quién”. Hasta ahora, Donald Trump ha dejado en paz a la Reserva Federal. Powell seguramente quiere mantenerlo así. La próxima semana es probable que la Fed mantenga las tasas sin cambios, pero no se deje engañar: ya ha inclinado su mano con esa proyección de empleo, y es probable que sigan las correspondientes alzas a las tasas.

Por Daniel Moss

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloombeg LP y sus dueños.