(Foto: Bloomberg)
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A medida que las autoridades de la inician un intenso debate sobre cuándo y cómo comenzar a reducir el apoyo a la economía, están divididas por lo que representa el mayor riesgo: un déficit de empleos aún grande o un posible choque inflacionario.

y, jefes de la Fed de Dallas y St. Louis, respectivamente, advirtieron el jueves que la inflación podría mantenerse por más tiempo de lo que muchos de sus colegas pudieran anticipar. Ambos creen que la Fed tendrá que empezar a subir las tasas de interés el próximo año.

“Los responsables de la política monetaria tendrán que tomar en cuenta este nuevo riesgo en los meses y trimestres venideros”, afirmó Bullard a la Cámara de Comercio de Clayton, cerca de St. Louis.

Kaplan, hablando con el Headliners Club de Austin, dijo que ve un “riesgo alcista” en su proyección de una inflación del 2.4% o 2.5% el próximo año, que ya se encuentra en la parte superior del rango de los pronósticos de la Fed.

Agregó que la Fed debería comenzar a recortar sus compras de activos “más temprano que tarde” para comenzar suavemente el proceso de reducción del estímulo y evitar tener que frenar bruscamente más adelante. Continuar con las compras de activos más de lo necesario también podría alimentar excesos y desequilibrios en los mercados financieros, dijo Kaplan.

Mientras, el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, y el de la Fed de Filadelfia, Patrick Harker, hablando en eventos separados, enfatizaron cuánto más debe avanzar el mercado laboral antes de que se recupere. Ni Harker ni Williams dijeron cuándo creen que la Fed deberá comenzar a subir las tasas, aunque una mayoría en el banco central cree que necesitarán hacerlo en el 2023.

“Una vez que la recuperación sea más completa y la economía esté en un muy buen lugar, entonces podemos tomar las bajas tasas de interés y llevarlas a niveles más normales”, afirmó Williams durante una conversación virtual organizada por el College of Staten Island. “No es el momento ahora porque la economía aún está lejos del máximo empleo”.

Harker, hablando en un evento virtual realizado por el Foro Oficial de Instituciones Monetarias y Financieras, dijo que la economía tiene alrededor de 10.6 millones de puestos de trabajo menos en comparación con lo que habría sido si el crecimiento del empleo hubiera mantenido su trayectoria previa a la pandemia.

Desde que comenzó la pandemia el año pasado, la Fed ha enfrentado poca tensión entre sus dos mandatos de pleno empleo y precios estables. Las tasas de interés cercanas a cero y US$ 120,000 millones en compras de activos mensuales se calibraron para cumplir una doble función, impulsando la contratación y lo que había sido una inflación demasiado baja al reducir los costos de los préstamos.

Pero ahora, con la reapertura de la economía a un ritmo rápido y presentando problemas para satisfacer la demanda, los precios al consumidor subieron un 5% el mes pasado, el ritmo más rápido desde el 2008.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha argumentado que el aumento resultará temporal, ya que la inflación se enfriará por la reapertura de las escuelas, una baja del temor a las infecciones hará regresar a más estadounidenses a la fuerza laboral y las empresas aumentarán la producción para terminar con los cuellos de botella de suministro. Pero algunos tienen sus dudas.

Kaplan apunta a 2.5 millones o más de estadounidenses mayores de 55 años que se han jubilado desde que comenzó la pandemia, y el jueves dijo que no está claro cuántos regresarán a la fuerza laboral. Eso, junto con 1.5 millones que dejaron sus empleos para cuidar de la familia, significa que pese al enorme agujero laboral, el mercado puede estar más ajustado de lo que sugiere la tasa de desempleo del 5.8%, sostuvo.