El proyecto en el segundo río más largo en California estaría a la vanguardia de una tendencia hacia la demolición de diques en Estados Unidos, los cuales han envejecido y cada vez son menos viables. (Foto: AP Foto/Gillian Flaccus)
El proyecto en el segundo río más largo en California estaría a la vanguardia de una tendencia hacia la demolición de diques en Estados Unidos, los cuales han envejecido y cada vez son menos viables. (Foto: AP Foto/Gillian Flaccus)

Un acuerdo anunciado el último martes despeja el camino para la mayor demolición de diques en la historia de Estados Unidos, un proyecto que busca reabrir centenares de kilómetros de vías fluviales en la frontera Oregon-California al paso de que son cruciales para las tribus nativas, pero cuyas poblaciones han sido reducidas a casi nada en años recientes.

Si es aprobado, el acuerdo reviviría planes para eliminar cuatro enormes presas hidroeléctricas en el río Klamath, sentando con ello las bases para la mayor gestión de restauración de salmón en la historia. El proyecto en el segundo río más largo en California estaría a la vanguardia de una tendencia hacia la demolición de diques en Estados Unidos, los cuales han envejecido y cada vez son menos viables.

Intentos previos de atender los problemas en la cuenca del Klamath han fracasado debido a una serie de disputas legales que han generado desconfianza entre tribus, grupos pesqueros, granjeros y ambientalistas, y el nuevo pacto podría enfrentar más obstáculos legales. Algunos legisladores estatales y federales criticaron el acuerdo como una irresponsabilidad financiera por parte de líderes en ambas entidades.

“Esta demolición de represas es más que el derribo de un proyecto de concreto. Es un nuevo día y una nueva era”, dijo el líder de la tribu yurok, Joseph James. “Para mí, es quienes somos, teniendo un río que fluye libremente como quienes vinieron antes que nosotros... nuestro modo de vida prosperará cuando caigan esos diques”.

Media docena de tribus en Oregon y California, grupos pesqueros y ambientalistas esperaban que las demoliciones comenzasen para el 2022. Pero esos planes se estancaron en julio, cuando reguladores federales cuestionaron si la entidad sin fines de lucro fundada para supervisar el proyecto podía responder adecuadamente a cualquier sobrecosto o accidente.

El nuevo plan hace a California y Oregon socios iguales en la demolición con la entidad sin fines de lucro, llamada Klamath River Renewal Corporation, y añade US$ 45 millones al presupuesto de US$ 450 millones del proyecto para aliviar esas preocupaciones. Oregon, California y la empresa eléctrica PacifiCorp — que opera las represas y es propiedad de Berkshire Hathaway, la compañía del inversionista multimillonario Warren Buffet — proveerán cada uno una tercera parte de los fondos adicionales.

La Comisión Reguladora de Energía debe aprobar el acuerdo. Si es aceptado, le permitiría a PacifiCorp y Berkshire Hathaway desentenderse de represas envejecidas que son más una carga que un generador de ganancias, al tiempo que responde a las preocupaciones de los reguladores. Oregon, California y la corporación sin fines de lucro asumirían conjuntamente la licencia hidroeléctrica de PacifiCorp, mientras que la entidad sin fines de lucro supervisará los trabajos.

Buffett dijo que el nuevo acuerdo resuelve “un desafío muy complejo”.

“Reconozco la importancia del retiro de diques en Klamath y la restauración del río para los pueblos tribales en la cuenca del Klamath”, declaró Buffett en un comunicado. “Agradecemos y respetamos a nuestros aliados tribales por su colaboración para llegar a este acuerdo que significa un resultado excepcional para el río, así como para futuras generaciones”.

Se retirarían los últimos cuatro diques del extremo sur de los seis que se construyeron entre el sur de Oregon y el norte de California desde 1918.

Los diques fueron construidos exclusivamente con el objetivo de generar energía. No se utilizan para riego y no se manejan para control de inundaciones. La represa de menor altitud del río, Iron Gate, no cuenta con rampas de concreto por las que puedan pasar los peces.

Eso ha bloqueado cientos de kilómetros de posibles territorios de desove y hábitat para los peces, y sus poblaciones han caído drásticamente en los últimos años. El salmón es parte fundamental de la cultura, creencias y dieta de media docena de tribus regionales, incluyendo los yurok y los karuk — que forman parte del acuerdo — y que han resultado sumamente afectadas por la escasez de salmón.

El salmón coho del río Klamath es una especie amenazada de acuerdo con las leyes federales y de California, y su población en el río ha caído entre un 52% y 95%. El salmón chinook de primavera, que en algún momento fue la especie predominante en la cuenca del Klamath, ha sufrido una disminución del 98%.

El chinook de otoño, el último que persiste en grandes números, ha sido tan escaso en los últimos años que los yurok cancelaron su pesca por primera vez en la historia de la tribu. En el 2017, compraron pescado en un supermercado para su festival anual del salmón.

“Es desolador, pero quiero tener la esperanza de que con el retiro de estos diques y con todas nuestras oraciones durante todos estos años, el salmón pueda regresar. Si tan sólo le damos una oportunidad, lo hará”, dijo Chook-Chook Hillman, miembro de los karuk que lucha por el retiro de la presa. “Si le das un buen lugar al salmón, siempre volverá a casa”.