FOTOS 7 | Trump, quien es republicano, apoya el RAISE Act. (Foto: Getty)
FOTOS 7 | Trump, quien es republicano, apoya el RAISE Act. (Foto: Getty)

Agencia AP

El presidente Donald Trump dijo que el programa que protege a los inmigrantes traídos en forma ilegal a Estados Unidos cuando eran niños “probablemente está muerto”, lo que empaña aún más las frágiles negociaciones unos días antes de que se cumpla el plazo para lograr un acuerdo que impida un cierre del gobierno y que los demócratas condicionaron a la inmigración.

En el centro de la disputa se encuentra el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés), creado por el presidente Barack Obama para amparar de la deportación a cientos de miles de inmigrantes jóvenes conocidos como “dreamers”.

Trump, que ha adoptado una postura estricta contra la inmigración ilegal, anunció el año pasado que pondría fin al programa a menos de que el Congreso presente en marzo una iniciativa para una solución.

“El DACA probablemente está muerto porque los demócratas realmente no lo quieren, solo quieren dialogar y quitar los recursos que nuestras fuerzas militares tanto necesitan”, tuiteó el presidente republicano.

“Yo, como presidente, quiero que vengan personas a nuestro país a ayudarnos a ser de nuevo fuertes y grandes, personas que lleguen mediante un sistema basado en el mérito. ¡No más loterías! #ESTADOS UNIDOS PRIMERO”.

Los republicanos y los demócratas tienen fuertes diferencias sobre la financiación del gobierno, y las negociaciones se complicaron después de que los demócratas -cuyos votos son necesarios para aprobar la iniciativa de gastos gubernamentales- insistieran en que el tema de la inmigración fuera incluido.

La financiación del gobierno expira el viernes en la noche si antes no se llega a un acuerdo, y algunas áreas gubernamentales comenzarán a paralizarse.

Para enturbiar aún más el diálogo están los comentarios de Trump durante una reunión en la Oficina Oval, en los que cuestionó la necesidad de admitir más haitianos a Estados Unidos, así como de africanos procedentes de países “de mierda”, según personas cercanas a la conversación pero no autorizadas a describirla públicamente.

Trump también declaró durante la reunión del jueves que preferiría mejor la llegada de inmigrantes de países como Noruega. La Casa Blanca no ha desmentido que el presidente utilizó la palabra “de mierda”, aunque el gobernante sí rechazó algunas descripciones de la reunión.

Una persona cercana a Trump dijo a The Associated Press que el mandatario se pasó el jueves en la noche llamándoles a amigos y asesores externos para evaluar su reacción ante las declaraciones provocadoras que había hecho.

Trump no mostró arrepentimiento, rechazó que sea racista y en lugar de ello culpó a la prensa de distorsionar el sentido de lo que había dicho, según el allegado, que solicitó el anonimato porque no está autorizado a revelar el contenido de una conversación privada.

El presidente también rechazó un acuerdo de inmigración preparado por un grupo de legisladores bipartidistas que asistieron a la reunión, al considerarlo insuficiente.

El acuerdo prevé una vía para la naturalización de los “dreamers” después de 12 años, así como la canalización de US$ 1,600 millones  para la seguridad fronteriza, que abarcaría el compromiso de Trump de levantar una muralla a lo largo de la frontera de Estados Unidos con México.

Los partidarios más firmes de Trump consideran cualquier alternativa para la naturalización de los “dreamers” como una amnistía a infractores de la ley.