Un análisis de DZ Bank muestra que el BCE probablemente se hará con toda la nueva deuda que el Tesoro de España ha dicho que emitirá este año, y más del 80% de la de Portugal.
Un análisis de DZ Bank muestra que el BCE probablemente se hará con toda la nueva deuda que el Tesoro de España ha dicho que emitirá este año, y más del 80% de la de Portugal.

España y Portugal están en camino de reducir sus respectivos pagos de intereses de deuda soberana en una cifra conjunta de al menos 17,000 millones de euros (US$ 20,000 millones) para finales del 2022, gracias al apoyo del Banco Central Europeo durante la crisis sanitaria.

El análisis de S&P Global Ratings muestra que lograrán reducir al mínimo los costes de endeudamiento, ya que el rendimiento de sus bonos a 10 años bordea el 0% gracias a los fuertes estímulos del BCE para contrarrestar los efectos de la pandemia, en particular mediante sus compras de bonos.

En ambos países, las rentabilidades han caído 40 puntos básicos este año, un escenario muy distinto al de la crisis de la deuda del 2010-2012, cuando el aumento de los costes de la deuda —en el caso de Portugal hasta el 17%— obligó a los dos países a aceptar rescates multimillonarios.

Un análisis de DZ Bank muestra que el BCE probablemente se hará con toda la nueva deuda que el Tesoro de España ha dicho que emitirá este año, y más del 80% de la de Portugal.

Y si el rendimiento de sus bonos cae por debajo de cero, lo que supondría que los inversores tendrían que pagar por prestar dinero a ambos países a 10 años, los cálculos del servicio de la deuda podrían revisarse aún más a la baja.

Frank Gill, director del equipo de deuda soberana de S&P Global, calcula que cada reducción de 100 puntos básicos (bps) en el coste de la deuda en el momento de la emisión reduce el coste de los intereses de España y Portugal en relación con su Producto Bruto Interno (PBI) en aproximadamente 0.1% el primer año, y en 0.25% el año siguiente.

Gill estima que el pago de intereses de España caerá en alrededor de 5,000 millones de euros este año, o el 0.4% del PBI.

Para finales del 2022, se espera que acumule un ahorro de más de 16,000 millones de euros frente a los cálculos de S&P anteriores a la pandemia.

El ahorro de Portugal en intereses asciende a 0.2% del PBI, alrededor de 380 millones de euros este año, según Gill, mientras que para finales del 2022 el ahorro debería ascender a alrededor de 840 millones de euros.

De ahí que los inversores en bonos sean optimistas sobre el aumento constante de las relaciones deuda/PBI, que terminarán el año en máximos históricos, por encima de 120%.

“De facto, (el BCE) está acaparando esto. La deuda no va a los mercados comerciales”, dijo Gill.

Y una vez que se toman en cuenta los dividendos que los bancos centrales nacionales pagan a sus Estados soberanos por la tenencia de bonos, “entonces el coste real de la deuda es de facto cero. Según esta medida, no cuesta nada emitir esta deuda”.

Mayores caídas

Esta situación puede consternar a quienes veían en la deuda española y portuguesa una alternativa de mayor rendimiento a las de Alemania y Francia.

Sin embargo, inversores como Arnaud-Guilhem Lamy, un gestor de cartera de BNP Paribas Asset Management, dicen que un rendimiento del 0% sólo tiene un impacto “psicológico” cuando el tipo de depósito del BCE es de -0.50%.

Ambos países también siguen pagando rendimientos reales “positivos”, es decir, los rendimientos ajustados a la inflación, algo raro entre las economías desarrolladas.

Por lo tanto, Lamy ve margen para que los bonos españoles y los portugueses sigan subiendo, hasta estar alrededor de 25 bps por encima del rendimiento de los bonos franceses a 10 años, que actualmente ofrecen alrededor de -0.3%.

La perspectiva de un aumento de otros 10 bps o más sumado al respaldo del BCE debería seguir atrayendo a los compradores.

Es muy difícil tener una visión a largo plazo de un producto que sólo cuenta con un gran comprador casi insensible a los precios”, dijo Simon Bell, un gerente de fondos en Legal & General Investment Management.

Una alternativa es cambiar a Italia, donde se puede ganar un rendimiento de 0.6% en la deuda a 10 años. La otra opción es simplemente comprar la deuda española y portuguesa a más largo plazo, dijo Lamy.

Los bonos portugueses a 10 años ofrecen un diferencial de alrededor de 60 bps sobre el bono de referencia alemán, mientras en el caso de la deuda a 30 años este margen se amplía a 90 bps. La dinámica es similar en España.

A medida que los inversores acudan a vencimientos más largos, los rendimientos caerán más rápido que en el corto plazo, según predice el estratega de Saxo Bank Althea Spinozzi en una nota.

Mientras tanto, las primas pagadas por los bonos españoles y portugueses a 10 años sobre los rendimientos alemanes son casi las más bajas en más de una década.

Esto podría ser un recordatorio del período previo a la crisis del 2010-2012, cuando los inversores estaban contentos de aceptar unos diferenciales mínimos.

Sin embargo, Yvan Mamalet, economista para la eurozona de Societe Generale, dice que la inversión en deuda sólo será problemática si el crecimiento se recupera, pero los Estados siguen “teniendo altos déficits que aumentan su ratio de deuda sin necesidad de apoyar la economía”. (US$ 1 = 0.8276 euros)

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