“Por el hecho de tener (Chile) un tipo de cambio flotante es más volátil que otros países de América Latina pero la diferencia es que tenemos una economía que no está dolarizada por lo tanto la volatilidad cambiaria no genera riesgos para la estabilidad financiera como sí a veces ocurre en otros países”, dijo Marcel en una breve entrevista con Reuters. Foto: REUTERS/Rodrigo Garrido
“Por el hecho de tener (Chile) un tipo de cambio flotante es más volátil que otros países de América Latina pero la diferencia es que tenemos una economía que no está dolarizada por lo tanto la volatilidad cambiaria no genera riesgos para la estabilidad financiera como sí a veces ocurre en otros países”, dijo Marcel en una breve entrevista con Reuters. Foto: REUTERS/Rodrigo Garrido

Un reciente desplome de la moneda chilena, sumado a la galopante inflación que golpea al mayor productor mundial de cobre, pone a prueba la capacidad de maniobra del gobierno del presidente Gabriel Boric, en momentos que necesita robustecer los ingresos fiscales para viabilizar sus promesas de mejoras sociales.

Mientras los precios al consumidor superan los dos dígitos en términos anualizados, en el último mes la moneda local ha caído más de un 15%, llevándola incluso a rozar por primera vez la barrera sicológica de los 1,000 pesos por dólar.

El guerra de Rusia contra Ucrania y los temores a una recesión en Europa y Estados Unidos, además de la ralentización de la demanda china, son algunos de los elementos externos que han atizado un deterioro de la situación.

“Por el hecho de tener (Chile) un tipo de cambio flotante es más volátil que otros países de América Latina pero la diferencia es que tenemos una economía que no está dolarizada por lo tanto la volatilidad cambiaria no genera riesgos para la estabilidad financiera como sí a veces ocurre en otros países”, dijo Marcel en una breve entrevista con Reuters.

“Por supuesto está el impacto en la inflación. En Chile el traspaso de variaciones cambiarias a inflación también es más moderado que en otros países de la región”, agregó.

Pero los precios al consumidor mantienen su elevado ritmo de avance, llegando al 0.9% en junio y dejando el indicador en 12.5% en términos anualizados.

Marcel dijo que el gobierno busca suavizar el impacto en algunos rubros como los combustibles -que el país importa casi en su totalidad-, así como el aumento de la canasta básica.

“Lo que estamos haciendo nosotros es usar los mecanismos que tenemos para estabilizar algunos precios, tenemos un mecanismo de estabilización de los precios de los combustibles por lo que hemos podido amortiguar más que países que simplemente han eliminado su impuesto específico”, explicó el funcionario.

También recordó que se usan otros mecanismos adicionales para apoyar a las familias de menores recursos mediante un subsidio familiar para paliar el alza de los precios.

La coyuntura ocurre en momentos en que el gobierno está presentando una reforma tributaria que busca recaudar 4.1 puntos del Producto Bruto Interno (PBI) en cuatro años mediante mayor impuesto a rentas, reducir exenciones y aplicar una regalía minera, para financiar en buena parte sus planes de salud y pensiones.

Esta semana, el propio Boric calificó de “tremendamente preocupante” la reciente alza del dólar, lo que atribuyó a la debilidad del precio del cobre -mayor exportación local- pero también a factores internos como la incertidumbre de cara al plebiscito sobre una nueva constitución.

“La incertidumbre sin lugar a dudas contribuye y por eso es importante que los diferentes actores políticos demos señales de certidumbre y que acá nos vamos a poner de acuerdo”, dijo a periodistas.

Agregó que tras el plebiscito “cualquiera que sea el resultado” se abrirán conversaciones para buscar que el texto que rija genere la mayor unidad posible.

Un operador de moneda extranjera en Santiago dijo que la incertidumbre interna “se ha traducido en una fuga de capitales por parte de agentes externos y también algunos locales que han salido a comprar dólares para invertir en países que para ellos representan un menor riesgo”.

El 4 de setiembre los chilenos acudirán a las urnas para aprobar o rechazar una propuesta de nueva Constitución para reemplazar a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. Hasta ahora, los sondeos muestran una ventaja del rechazo al nuevo texto.