Estados Unidos acusó a China de manipular su moneda después de que el yuan cayera a un mínimo de 11 años a principios de agosto; una acusación considerable.
Monitorear cómo el Banco Popular de China maneja su sistema de “flotación gestionada” para el yuan no es fácil; el banco central tiene varias herramientas a su disposición, algunas públicas y otras ocultas. Su pensamiento es esencialmente desconocido para los extraños. Pero hay formas de observar algunas de las palancas que tira para influir en la moneda. Estas son algunas de las más vigiladas:
Fijación diaria
La manera más obvia en que el BPC influye en la moneda es estableciendo una tasa de referencia cada día de negociación a las 9:15 a.m., conocida como la fijación diaria. Luego se permite que el yuan se mueva 2% en cualquier dirección. Las tasas se calculan con fórmulas que tienen en cuenta factores como el cierre oficial del día anterior a las 4:30 p.m., el movimiento del yuan contra una canasta de monedas y los movimientos en otros tipos de cambio importantes. En 2017, el BPC introdujo el llamado “factor contracíclico” para evitar una fijación que considere excesivamente débil o fuerte. Eso fue interpretado como un retroceso de la promesa de China de dar a los mercados un rol clave en la determinación del tipo de cambio.
Ajuste de liquidez
Aumentar el costo de las apuestas contra el yuan en el extranjero se ha visto durante mucho tiempo como una táctica preferida para frenar un descenso. La clave es eliminar la liquidez –Hong Kong es, por mucho, el mercado más grande– para que los operadores tengan que pagar tasas de interés más altas por el yuan que deben pedir prestado para sus apuestas. Eso se puede lograr haciendo que los bancos agentes compren la moneda o se nieguen a prestar su oferta a otros bancos. El BPC también puede vender notas del gobierno chino en Hong Kong para recoger yuanes.
El costo de los bancos para pedir prestados yuanes durante la noche, conocido como Hibor, ha aumentado más de 20% en varias ocasiones en los últimos años, más notablemente en enero del 2016, cuando subió a casi 67% (la tasa fue de 1.8% el 8 de agosto). Hubo otro apretón en agosto del 2018, cuando el costo de apostar a que el yuan se debilitaría se disparó en medio de la especulación de que China estaba restringiendo la capacidad de los bancos nacionales para prestar yuanes en el exterior.
Regulación
El banco central también tiene medidas regulatorias a su disposición. En el 2015 y 2018 el BPC impuso un requisito de reserva en algunas transacciones de contratos a plazo de divisas –a fin de asegurar un tipo de cambio para una transacción futura–, lo que hace que sea más costoso apostar contra el yuan. Al presentar el requisito de reserva de 20% el año pasado, la autoridad monetaria dijo que el mercado de divisas mostraba signos de volatilidad en medio de las fricciones comerciales con EE.UU.
Señalización
La línea estándar del BPC sobre la moneda es: "el yuan se mantendrá básicamente estable a niveles razonables de equilibrio". Pero los funcionarios chinos no son reacios a subir o bajar su moneda cuando sienten que es necesario. El 6 de agosto, el banco central dijo que no depreciará la moneda para que sea competitiva. En Mayo, Guo Shuqing, jefe del regulador bancario y de seguros de China, dijo en un discurso que los especuladores "que apuestan contra el yuan inevitablemente sufrirán una gran pérdida". Hace un año, los funcionarios del BPC instaron a los bancos en una reunión a evitar cualquier "comportamiento de rebaño" y movimientos de persecución de impulso en el mercado de divisas, según personas familiarizadas con el asunto.
Controles de capital
Controlar el flujo de fondos dentro y fuera del país es uno de los instrumentos más contundentes. China tomó medidas para limitar las salidas a raíz de la devaluación del yuan en el 2015, imponiendo restricciones a todo, desde adquisiciones en el extranjero por parte de compañías chinas hasta las compras de pólizas de seguros en Hong Kong por parte de los consumidores chinos, y ha habido pocas señales de una relajación. Por el contrario, el gobierno se ha mostrado favorable a fomentar las entradas, y este año amplió el alcance del Programa de inversionistas institucionales extranjeros calificados, uno de los canales clave hacia China.
Reservas extranjeras
Finalmente, China tiene un baúl de reservas extranjeras, el más grande del mundo con más de US$ 3 billones. Los formuladores de política vendieron miles de millones de dólares después de la devaluación del 2015 para apoyar al yuan. Más recientemente, la reserva se ha estabilizado y alcanzó su nivel más alto en 14 meses en junio. Si bien el nivel es vigilado de cerca, cabe una advertencia: las amplias ganancias en el dólar pueden conducir a la disminución de las reservas reportadas de China que no son el resultado de una intervención, sino más bien porque los activos no monetarios en sus existencias se habrán depreciado frente al dólar.