D Trump
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La decisión de Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones de aluminio y acero fue condenada en todo el mundo, y particularmente en las señoriales oficinas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Ginebra.

La OMC cree que las tarifas comprometen el orden económico mundial creado hace un par de décadas, en el que esa agrupación fija normas y resuelve disputas.

Ya durante su campaña presidencial Trump amenazó con retirar a Estados Unidos, la economía más grande del mundo, de la OMC, una institución en cuya creación Estados Unidos tuvo un papel importante.

Alan Wolff, un estadounidense que es subdirector general de la OMC, dice que “el sistema comercial mundial enfrenta graves peligros” si los países grandes prefieren el conflicto a la cooperación”.

Agregó, no obstante, que es “demasiado temprano para preparar el funeral de la OMC”, según un post en el portal del Consejo de Relaciones Exteriores.

Lo que hay que saber sobre la OMC y sobre su papel en la situación planteada por las tarifas de Trump:

¿Qué es la OMC?
Fue creada el 1 de enero de 1995 para reemplazar el Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio. Su misión es facilitar un comercio libre y justo fijando reglas, solucionar disputas y ayudar a las naciones a resolver sus diferencias. Cuenta con 164 miembros y se ha visto envuelta en controversias. Hay sectores que la ven como un emblema de las injusticias y la explotación que puede generar el capitalismo.

¿Trump viola las normas de la OMC con los aranceles?
Funcionarios del organismo dicen que todavía no se puede afirmar que lo haga, en parte porque Estados Unidos por ahora no ha iniciado ningún procedimiento formal. Los países que consideren que Estados Unidos no es justo pueden apelar a los consejos, comités y el sistema de resolución de disputa de la OMC.

Trump justifica la medida diciendo que es un asunto de seguridad nacional. Las reglas de la OMC permiten a un país fijar tarifas si son una cuestión de seguridad nacional. Nunca ha tenido que pronunciarse hasta ahora en torno a este tipo de casos.

Trump sostiene que Estados Unidos necesita industrias de acero y aluminio robustas para reforzar la producción de barcos de guerra, aviones de combate y otros equipos para sus fuerzas militares. La Unión Europea, por su parte, afirma que la medida busca proteger las empresas estadounidenses, no reforzar la seguridad nacional.

¿Apelarán otros países a la OMC para tratar de bloquear las tarifas?
Seguramente. Lo más probable es que recurran a mecanismos de la OMC que despejarían el camino para imponer a Estados Unidos aranceles como represalia.

El director general de la OMC Roberto Azevedo advirtió la semana pasada a sus miembros que sean cuidadosos: “Cuando tomas este camino, es muy difícil dar marcha atrás. La política de ojo por ojo nos dejará ciegos a todos y dará paso a una profunda recesión mundial”.

¿Qué tan severas serían las represalias toleradas por la OMC?
Los países pueden responder con aranceles sobre bienes estadounidenses por sumas equivalentes a las que Estados Unidos les impone a ellos.

Chad Brown, del Instituto Peterson de Economía Internacional, calculó que el impacto de las tarifas de Trump es de unos US$ 14,200 millones anuales.

La Unión Europea dijo que está lista para responder con tarifas por unos 2,800 millones de euros (US$ 3,400 millones). Dice que, según las reglas de la OMC, tendrá 90 días para poner en vigor sus represalias después de que comiencen a regir los aranceles de Trump.

¿La OMC puede inetrvenir para hacer que EE.UU. dé marcha atrás?
Sí, aunque podría tomar cierto tiempo. Si los socios comerciales de Estados Unidos deciden acudir al proceso de resolución de disputas de la OMC, deben hacer una “solicitud de consultas” y se iniciarán discusiones que pueden extenderse hasta 60 días.

Si no se llegase a un acuerdo, podrían pedir que un panel de disputas se pronuncie sobre los aranceles, lo que generalmente toma 18 meses. Una disputa entre Airbus y Boeing, no obstante, ya lleva más de una década sin que haya una resolución.

Al final de cuentas, jueces de la OMC podrían dictaminar que Estados Unidos debe dejar sin efecto los aranceles. Y si Estados Unidos se negase a hacerlo, se expondría a sanciones.

En todo caso, Trump está ganando tiempo, ya que puede tomar meses, sino años, resolver una disputa a través de la OMC. Con el correr del tiempo, a menudo las partes pierden ímpetu y deseos de encontrar una solución.

El gobierno de Trump ya causó dolores de cabeza al proceso de resolución de disputas de la OMC al negarse a participar en la designación de nuevos miembros para su comisión de apelaciones, que cuenta hoy con cuatro jueces en lugar de los siete de costumbre. En la práctica, esto demora los dictámenes.