"Estamos con ellos, si ellos se unen con nuestro país estamos con ellos, vamos a estar en las calles. ¡Libertad!", gritó una mujer ante periodistas en el barrio popular de Cotiza, epicentro de las manifestaciones. (Foto: AFP)
"Estamos con ellos, si ellos se unen con nuestro país estamos con ellos, vamos a estar en las calles. ¡Libertad!", gritó una mujer ante periodistas en el barrio popular de Cotiza, epicentro de las manifestaciones. (Foto: AFP)

La situación en irrumpió en el , donde presidentes latinoamericanos y actores económicos pidieron soluciones para una crisis política, económica y humanitaria que para unos necesita posiciones "firmes" y para otros más diálogo con el presidente Nicolás Maduro.

"Venezuela fue el faro que alumbró la democracia en América Latina y lo que está pasando hoy a ese pueblo requiere de posiciones firmes y concretas", dijo el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, en un seminario en Davos dedicado a la situación en Latinoamérica.

tras la toma de posesión de Maduro el 10 de enero, un mandato considerado fraudulento por la oposición y que medio centenar de países, muchos de ellos latinoamericanos, no reconocen.

Preocupa ante todo la crisis migratoria, con la salida de millones de venezolanos que han huido de la escasez en los últimos años.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en los últimos cuatro años salieron de Venezuela unos 2.5 millones de personas, que el presidente de esta institución, Luis Alberto Moreno, quiso comparar a la cifra, menor, de 1.8 millones de migrantes que llegaron a Europa en el mismo periodo.

"Nunca habíamos tenido una emigración de este tamaño", dijo Moreno, "y esos números solo van a crecer porque esa familia que mañana se establece en el Ecuador y empieza a tener una vida y un empleo, rápidamente empieza a traer al resto de su familia", aseguró.

La migración también está teniendo efectos económicos y en política interior, como en el caso de Ecuador, donde el asesinato de una mujer a manos de un venezolano generó brotes de violencia contra personas de esa nacionalidad y una multitudinaria protesta contra la violencia de género.

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, que estaba en el coloquio en Davos, pidió por su parte más diálogo. "No creo en intervencionismos militares", dijo. Sin embargo, el líder ecuatoriano reconoció que le preocupa la llegada de venezolanos a su país "sin ningún tipo de documentación".

Cooperación regional
En un contexto de crisis de las instituciones regionales, como el Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) o la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que parecen tener cada vez menos peso, algunos, como el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, pidieron más cooperación, también para buscar soluciones a la situación de su vecina Nicaragua, la otra gran crisis regional.

El país centroamericano está sumido en una crisis política desde abril, cuando una fallida reforma del seguro social desató inesperadas protestas, que se trasformaron en manifestaciones para pedir la renuncia del presidente Daniel Ortega, reprimidas por el gobierno.

"Creo que es un punto de quiebre de América Latina porque debemos, con madurez, buscar que las instituciones y la institucionalidad democrática logren dar una solución regional", apuntó.

Según datos de su gobierno, unos 80,000 nicaragüenses han solicitado refugio en Costa Rica desde que empezó la crisis.

En Venezuela, la oposición parece haber encontrado una figura capaz de aglutinarla en Juan Guaidó, quien desde el 5 de enero preside la Asamblea Nacional, único poder controlado por la oposición.

Solo el presidente de Paraguay dijo abiertamente que reconocería a Guaidó como eventual presidente.

"Todo lo que contribuya a la liberación de Venezuela va a tener el voto y el apoyo de la República de Paraguay", afirmó, con los aplausos de parte de la sala donde se llevaba a cabo el coloquio.

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