Los países en cuarentena no tardaron en evidenciar una caída en el uso de energía y, a la par, en los niveles de contaminación. Ciudadanos de Los Ángeles y Jalandhar publicaron eufóricamente fotos del letrero de Hollywood y el Himalaya visibles, sin contaminación, por primera vez en décadas.
No obstante, científicos del clima advirtieron que la dramática caída en las emisiones podría tener poco o cero impacto en la desaceleración del ritmo del calentamiento global.
Nuevas mediciones del dióxido de carbono atmosférico publicadas esta semana por el Instituto de Oceanografía Scripps de University of California en San Diego confirman esta proyección. Como se esperaba, los niveles de CO₂ alcanzaron un nuevo récord en mayo: 417.2 partes por millón de moléculas de gas en la atmósfera, continuando una tendencia que no ha cambiado en seis décadas.
Esto es 2.4 ppm por encima de la lectura de mayo del 2019, que coincide con el aumento anual promedio para el 2010-2019. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos tuvo un registro similar de 417.1 ppm.
La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera no es una medida directa de las emisiones industriales. Lo que queda en el aire es un poco menos de la mitad de las emisiones totales, y el resto es absorbido por plantas terrestres y el océano.
Antes de la era industrial, el CO₂ atmosférico era de 280 ppm. Evidencia geológica sugiere que las concentraciones no han sido tan altas como lo son hoy en día en al menos 3 millones de años. Nada ha vaporizado el carbono a este ritmo, o incluso una décima parte de este ritmo, desde que un meteorito acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años.
Las grandes cantidades de CO₂ están volviendo los océanos ácidos y más rápidamente que en cualquier momento, retrocediendo un estimado de 300 millones de años.
Global Carbon Project, una colaboración de investigación internacional, estimó el mes pasado que las emisiones de CO₂ podrían caer 4% en 2020 si se levantan las restricciones de COVID-19 este verano, o hasta 7% si persisten hasta fin de año.
“Aunque la caída de las emisiones es masiva, por sí sola no hace nada para frenar el cambio climático”, dijo Corinne Le Quéré, profesora de ciencias climáticas de University of East Anglia, sobre la estimación del Proyecto para 2020 el mes pasado. “Sin embargo, las acciones del Gobierno ahora podrían marcar una gran diferencia“.
Para que el sistema energético global se dirija hacia una base consistente con el límite más agresivo del Acuerdo de París de un aumento de temperatura de 1.5ºC, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente informó el año pasado que el mundo necesita reducir las emisiones en 7.6% por año hasta el 2030.