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China planea vacunar contra el COVID-19 a 40% de sus 1.400 millones de habitantes para fines de junio, dijo el principal experto en salud del país.
El ambicioso objetivo de inocular a la asombrosa cifra de 560 millones de personas significa que el país más poblado del mundo tendrá que acelerar su ritmo, ya que hasta ahora solo se ha vacunado el 3.5% de los residentes.
Hasta el 28 de febrero, se habían administrado 52.5 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19, según Zhong Nanshan, principal asesor médico del Gobierno chino.
El éxito de China en el control del brote le permitió adoptar un enfoque más cauteloso para la vacunación, ya que reportaba pocas personas enfermas, pese al aumento en el número de contagios en Estados Unidos y Europa.
Debido a que el virus aún circula en muchas áreas, el círculo vicioso de enfermedades y muertes continuará hasta que la mayoría de la población mundial esté protegida contra él a través de la vacunación o la infección.
China se ha quedado rezagada de sus homólogos estadounidenses y europeos en la campaña de inmunización, a pesar de tener una respuesta mucho mejor en el control de su brote a través de intensas campañas de pruebas, estrictos cierres y cuarentenas implementadas cada vez que se reportaban brotes.
China ha administrado poco más de tres dosis por cada 100 personas, lo que se compara con las más de 20 en EE.UU., 30 en el Reino Unido y casi 90 en Israel, según el rastreador de vacunas de Bloomberg.
La nación ahora cuenta con cuatro vacunas desarrolladas y producidas en el país cuyo uso ha sido aprobado, después de que el regulador autorizara la semana pasada las vacunas de CanSino Biologics Inc. y la filial de Sinhan ubicada en Wuhan.
Si bien China abordó sus pocos nuevos focos rápidamente después de reprimir el brote inicial en el centro de Wuhan, el país aún lucha por equilibrar la apertura de su economía y el control del virus de manera sostenible.
George Gao, jefe del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, dijo en la conferencia que la nación debería flexibilizar su enfoque, permitiendo que, pese a pequeños brotes locales, no se repriman bruscamente todas las actividades en la región con el objetivo de mantener la economía fuerte y activa.