Liang Wannian, jefe del grupo de expertos en respuesta al COVID-19 en la Comisión Nacional de Salud de China, habla durante una rueda de prensa en el Comité Nacional de Salud en Beijing, el 31 de marzo de 2021. (REUTERS/Thomas Suen).
Liang Wannian, jefe del grupo de expertos en respuesta al COVID-19 en la Comisión Nacional de Salud de China, habla durante una rueda de prensa en el Comité Nacional de Salud en Beijing, el 31 de marzo de 2021. (REUTERS/Thomas Suen).

China rechazó cualquier crítica tras la publicación del informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el origen del virus causante del COVID-19 y negó haber ocultado datos o dificultado el trabajo de los científicos que viajaron en enero y febrero a Wuhan, donde se detectó el primer brote mundial.

El jefe del equipo de expertos chinos que investigó el coronavirus SARS-CoV-2, Liang Wannian, aseguró que “China proporcionó todos los datos disponibles” y que “es el momento de que se siga estudiando el origen del virus en otras partes del mundo”.

Este martes, Estados Unidos y otros trece países expresaron su preocupación sobre el informe publicado por la OMS y afirmaron que la misión internacional de científicos “se retrasó significativamente” y que “no tuvo acceso a datos y muestras” del virus “originales y completas”.

La polémica nace dado que los expertos de la OMS solo habrían obtenido informes que habían elaborado previamente expertos chinos o que no pudieron revisar los datos originales sobre los que se basaron esos informes, impidiéndoles así llegar a sus propias conclusiones sobre el origen y la forma en la que se propagó el virus, según medios estadounidenses como The Wall Street Journal.

No hay ningún fundamento para acusar a China de no compartir sus datos con los investigadores de la OMS. Según las leyes chinas, algunos datos no se pueden sacar del país, pero los analizamos todos juntos en Wuhan”, afirmó Liang.

El científico incidió en que la colaboración entre China y los expertos de la OMS fue “transparente” y que el país asiático “movilizó todos los recursos a su alcance” para garantizar el éxito de la misión.

Los científicos visitaron todos los sitios que pidieron y se vieron con todas las personas que pidieron ver”, aseveró.

Liang también rechazó que China presionase a la OMS para retrasar la publicación del informe y explicó que tanto los expertos chinos como los del organismo internacional debían “verificar cada dato” antes de llegar a conclusiones.

Con todo, el experto alabó el informe de la OMS porque “ha llegado a las mejores conclusiones posibles teniendo en cuenta la dificultad de esta investigación”.

Investigar en otros países

China cree que, al menos por el momento, su parte ya ha terminado, y Liang condicionó la visita de una nueva misión de la OMS a la evolución de las investigaciones: “Es muy pronto para hablar sobre otra misión de expertos aquí. Dependerá de las recomendaciones de las investigaciones y sus planes específicos. También serán necesarios estudios en otros países y regiones”.

Liang indicó que, para progresar, se debe construir “una base de datos global” que incluya secuencias moleculares, genéticas, clínicas, epidemiológicas y de seguimiento de animales salvajes y de condiciones medioambientales.

Hay que seguir buscando posibles casos tempranos a lo largo del mundo así como potenciales portadores del virus, y no sólo los murciélagos”, agregó.

El informe de la OMS presentado ayer no ofreció una respuesta definitiva sobre el origen del virulento patógeno y sus conclusiones se resumen en cuatro hipótesis.

A la que se le da más credibilidad es a que el nuevo coronavirus llegara al ser humano a través de uno o más animales que habrían ejercido de especie intermediaria.

La probabilidad de que haya saltado directamente de la especie portadora al humano es menor, puesto que en ninguna de las más sospechosas se ha hallado hasta ahora un coronavirus igual o suficientemente parecido.

El informe indica que el Instituto de Virología de Wuhan estudiaba un coronavirus hallado en murciélagos y muy próximo al SARS-CoV-2, y que el centro de control de enfermedades de la ciudad cambió de sede el 2 de diciembre del 2019, un momento en el que los trabajos de laboratorio pueden sufrir perturbaciones.

Sin embargo, el informe señala que los tres laboratorios de Wuhan que estudiaban coronavirus tenían altos niveles de bioseguridad, que no se reportaron incidentes en esa mudanza y que ningún genoma en ellos era idéntico al SARS-CoV-2.

Todo ello hace “altamente improbable” la teoría del origen de la pandemia en un laboratorio, concluye el informe, aunque ayer el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, consideró que esa evaluación no fue “lo suficientemente exhaustiva” y pidió más estudios al respecto para alcanzar “conclusiones más sólidas”.

Los diecisiete expertos estuvieron en China entre mediados de enero y mediados de febrero y visitaron el mercado de Huanan, en Wuhan, en el que se vendían animales salvajes, granjas de animales que lo aprovisionaban, así como laboratorios y los centros que almacenan la información de la primera fase de la pandemia.