Niño sostiene modelo de cohete en el Museo Chino de la Ciencia y la Tecnología, Pekín. (Foto: Reuters)
Niño sostiene modelo de cohete en el Museo Chino de la Ciencia y la Tecnología, Pekín. (Foto: Reuters)

Una empresa china de minería espacial lanzó el martes a la órbita baja de la Tierra un robot prototipo que puede atrapar escombros espaciales dejados por otras naves con una gran red.

El NEO-01, que también se asomará al espacio profundo para observar pequeños cuerpos celestes, fue lanzado en el cohete del gobierno Long March 6 junto con varios satélites, informó la agencia de noticias estatal Xinhua.

El robot de 30 kilogramos desarrollado por Origin Space, con sede en Shenzhen, allanará el camino para futuras tecnologías capaces de realizar tareas de minería en asteroides, según la compañía.

Desde la creación de la primera compañía minera de asteroides del mundo, Planetary Resources en el 2009, más de una decena de empresas de todo el mundo han entrado en el sector, incluida 3D Systems de Estados Unidos y Astroscale de Japón.

A diferencia de la tecnología de Astroscale, que usa imanes para recolectar basura espacial, NEO-01 usará una red para capturar escombros y luego quemarlos con su sistema de propulsión eléctrica, según un informe en el sitio web de la compañía.

Miles de satélites han sido lanzados a nivel global. Una vez que ya no son útiles, muchos terminan como basura, lo que representa un peligro para otros satélites operativos.

Origin Space planea lanzar docenas de telescopios espaciales y más naves para lograr la primera extracción comercial de asteroides antes del 2045, dijo el fundador de la compañía, Su Meng, en una entrevista con medios nacionales el 6 de abril.

Xinhua informó el sábado que China está intensificando sus esfuerzos para enviar una sonda a un asteroide cercano a la Tierra para recolectar muestras y también está acelerando un plan para construir un sistema de defensa contra asteroides cercanos a la Tierra.

Pekín tiene grandes ambiciones espaciales, con el objetivo de igualar a Rusia y Estados Unidos y transformar a China en una gran potencia espacial para el 2030.

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