Autobús urbano sin conductor. (Foto: El País).
Autobús urbano sin conductor. (Foto: El País).

El Apolong es un vehículo que no tiene conductor. Se mueve solo y puede recorrer 100 kilómetros con una batería completa. Además tiene una velocidad punta de 70 kilómetros por hora que nunca alcanza.

El Apolong  ha sido desarrollado el gigante tecnológico chino Baidu, conocido por ser el motor de búsqueda líder en el gigante asiático, y no tiene nada de ciencia ficción: ya está operativo en diferentes zonas turísticas del país, incluida la capital, Pekín.

“2018 marca el inicio de la comercialización de los vehículos autónomos. El volumen de producción del Apolong demuestra que la conducción autónoma está dando grandes pasos, llevando a la industria de cero a uno”, afirmó el consejero delegado de la empresa, Robin Li, durante la conferencia para desarrolladores de sistemas de inteligencia artificial Baidu Create.

No obstante, el Apolong demuestra cómo las empresas chinas están tomando la delantera en la implementación de nuevos modelos de movilidad. Ya no son solo prototipos que se prueban en circuitos cerrados, sino vehículos que operan en condiciones reales.

“A diferencia de lo que hacen otras empresas, que desarrollan en exclusiva sistemas cerrados, nosotros hemos abierto nuestra plataforma -al estilo del sistema operativo para dispositivos móviles Android- de forma que otros fabricantes puedan utilizarlo y adaptarlo a sus necesidades”, apostilló Li.

El gobierno chino está propiciando el desarrollo de estos vehículos. Para ello, además de ofrecer créditos blandos y subvenciones, ha establecido diferentes proyectos en ciudades punteras, como Shanghái, donde instituciones públicas y privadas pueden experimentar con automóviles sin conductor.

La Zona Piloto Nacional para Vehículos Inteligentes Conectados de la capital económica es un buen ejemplo de ello. En sus 5 kilómetros cuadrados se han construido 15 kilómetros de carreteras que simulan diferentes situaciones para que las empresas que desarrollan los vehículos autónomos puedan probarlos sin problema.

Uno de los más prometedores es también un autobús. Aunque, en este caso, se trata de un vehículo en el que ya caben unos 50 pasajeros y que, de momento, todavía mantiene el volante. Varios ingenieros trabajan en el sistema de piloto automático y ya lo han probado a una velocidad de crucero de 60 km/h, mucho más rápido que el Apolong. El objetivo es que la zona de Shanghái abierta a vehículos autónomos vaya creciendo paulatinamente y que estos autobuses se conviertan en algo habitual antes de acabar la década.

La introducción de estas flotas de vehículos sin conductor será gradual, pero Baidu espera que la velocidad a la que se da el proceso aumente de forma considerable. 

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