Felipe Larraín
Felipe Larraín

El nuevo gobierno chileno impulsará un plan de "austeridad" y "reasignaciones" tras recibir un deterioro fiscal mayor al esperado, mientras afina un proyecto de simplificación tributaria para acelerar la economía, dijo el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.

El jefe de las finanzas públicas asumió el lunes oficialmente sus funciones en el gobierno del conservador Sebastián Piñera, con la promesa de acelerar la economía para dejar al país encaminado al desarrollo, aunque antes deberá realizar una cirugía en las arcas fiscales.

Larraín anticipó que se tendrá que ajustar el gasto público de este año, una decisión que se vería reforzada tras conocerse que el gobierno saliente dejó un déficit fiscal estructural de 2.1% en vez del 1.7% informado originalmente.

"Si estamos en un período de estrechez, con niveles de deuda pública que se han duplicado, lo que corresponde es partir con medidas de austeridad y luego ver cómo podemos reasignar recursos para financiar el programa del presidente", dijo Larraín antes de ingresar al Ministerio de Hacienda.

Para este año, el Congreso autorizó un aumento del gasto público de 3.9%, considerado en su momento como "alto" por parte de Piñera. "No estamos hablando de un mega ajuste, estamos hablando de un ajuste de austeridad", acotó Larraín.

Junto con el ajuste al gasto público, el ministro -que ejerció el mismo cargo en el anterior gobierno de Piñera- dijo que preparan un ajuste al sistema tributario para "simplificarlo", como han pedido desde el sector privado para tener más certezas jurídicas.

El gobierno anterior de la socialista Michelle Bachelet promulgó una compleja reforma tributaria y luego intentó simplificarla, aunque no fue suficiente para reimpulsar las inversiones y el crecimiento de la economía, según analistas.

"Vamos a tener un proyecto, esperamos conversarlo y consensuarlo", dijo Larraín, quien agregó que el plan -que prevén presentar este año- tiene como objetivo ser "más amigable con el contribuyente".