homenaje
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EFE
El Instituto Cervantes rindió hoy homenaje al fallecido pintor peruano Fernando Szyszlo, en el que participaron el escritor y periodista Mario Vargas Llosa, con quien le unía una estrecha amistad, y su hijo, Vicente de Szyszlo, que se mostró visiblemente emocionado.

Szyszlo, nacido en Lima en 1925, y su segunda esposa, Liliana Yábar, fallecieron el 9 de octubre de 2017 en un accidente doméstico.

Su pérdida fue especialmente trágica para Mario Vargas Llosa, que fue su amigo y compañero de aventuras, y con quien compartió también ideas políticas que fraguaron en la formación del Movimiento Libertad, partido político peruano fundado en 1987.

"Es una de las mejores cosas que le ha pasado a América Latina y al arte", destacó Vargas Llosa sobre el desaparecido artista, que, según el nobel de Literatura, de no haberse quedado en su país, habría alcanzado un reconocimiento mayor.

Vargas Llosa destacó la gran amistad que tuvo con el pintor, al que califica como todo un descubrimiento: "Mi amistad con él y con (la poeta y primera esposa de Szyszlo) Blanca Varela duró toda la vida. Nunca tuve un distanciamiento con ellos".

Fue fiel al arte abstracto, con una pintura en la que poco a poco van infiltrándose elementos de la realidad circundante, resaltó el autor de "La ciudad y los perros", "Conversación en La Catedral" o "La fiesta del Chivo", para quien el pintor fue un gran renovador y modernizador del arte en Latinoamérica, con un legado que llega hasta nuestros días.

Su hijo, Vicente de Szyszlo, muy emocionado, agradeció a los invitados su participación: "Para mí es un momento de felicidad poder escuchar a los amigos de mi padre hablar así de él".

En el homenaje, además de Vargas Llosa, participaron el director del Instituto Cervantes, el poeta y crítico de arte Juan Manuel Bonet; el poeta y director del Centro Cultural Inca Garcilaso, Alonso Ruiz Rosas; y el escritor y director de la Cátedra Vargas Llosa, J.J. Armas Marcelo.

Bonet destacó las influencias del pintor, que asimiló las experiencias y se alimentó de diferentes artistas e incluso de escritores como Octavio Paz, con una pintura que "va desde el claroscuro hasta los colores más vivos".

Al final del acto, se proyectó un vídeo de la Ruta del Instituto Cervantes (del que Bonet fue director antes de recalar en el centro de Madrid), dedicada a Fernando de Szyszlo y Blanca Varela, que recorre los lugares de París que ambos conocieron.