Reino Unido, Brexit
Reino Unido, Brexit

Bruselas.-La primera ministra británica, Theresa May, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, mantuvieron este miércoles una reunión con "progresos" en Bruselas, pero sin despejar todavía el camino hacia pactado a 36 días del divorcio.

"Las conversaciones fueron constructivas", indicaron en una declaración conjunta, en la que instan a sus equipos a "seguir estudiando las opciones [para lograr un Brexit pactado] con un espíritu positivo" y anuncian que conversarán de nuevo antes de finales de mes.

A medida que se aproxima el 29 de marzo, el escenario de un divorcio pactado sigue en un callejón sin salida tras el rechazo en enero del Parlamento británico al acuerdo actual por el mecanismo para evitar una frontera en la isla de Irlanda, que Bruselas rechaza cambiar.

Desde entonces, May busca despejar las dudas de Westminster y, en su segunda visita a la capital belga en dos semanas, reiteró la "necesidad de ver cambios legalmente vinculantes en la salvaguarda que garanticen que no será indefinida", explicó.

Este mecanismo incluido en el acuerdo de divorcio para evitar una frontera para bienes entre Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte centró el rechazo en enero del Parlamento británico al pacto cerrado entre Londres y Bruselas en noviembre.

Los diputados quieren evitar que la salvaguarda, que busca además proteger el Acuerdo de Paz de Viernes Santo de 1998, haga que Reino Unido quede atrapado en las redes de un territorio aduanero con que le impida negociar acuerdos comerciales con terceros.

Aunque sólo se utilizaría como último recurso, en caso de no lograrse una solución mejor en la negociación sobre la futura relación entre ambos, los parlamentarios británicos urgieron a su primera ministra a lograr "arreglos alternativos" con la UE.

- Barnier, Barclay, Cox -

Juncker y May se comprometieron así este miércoles a ver "qué garantías" podrían aportarse para garantizar que la salvaguarda sólo sería temporal y qué "arreglos alternativos" podrían reemplazarla en un futuro, según la declaración conjunta.

Ambos dirigentes encargan la tarea a sus primeros espadas, el negociador europeo Michel Barnier y el ministro británico Stephen Barclay, quienes deben además estudiar eventuales cambios en la declaración política, que acompaña el acuerdo de divorcio, de cara a lograr una relación futura "lo antes posible".

La jefa del gobierno británico se había dado de plazo hasta el día 26 para encontrar una salida. Y esta podría pasar también por el fiscal general británico, Geoffrey Cox, cuyos informes sobre el acuerdo de divorcio contribuyeron al rechazo parlamentario.

Cox acompañará de nuevo el jueves a Barclay en su visita a Bruselas para continuar las conversaciones. En la capital belga, también estará el líder de la oposición británica, el laborista Jeremy Corbyn.

Pero el tiempo apremia y, como Theresa May descartó por el momento prorrogar la fecha de salida, una fuente europea aseguró este miércoles que la cumbre de del 21 y 22 de marzo será un "momento importante", una semana antes del divorcio.

"Nos gusta mucho el drama", subrayó esta fuente a la AFP, precisando que no habrá un "acuerdo de última hora", sino que deberá haberse logrado "antes", y subrayando el "papel clave de Cox" de cara a que el Parlamento británico ratifique el acuerdo.

- 'Mucha sangre fría' -

Públicamente, las posiciones siguen sin cambios. El canciller británico, Jeremy Hunt, reiteró este miércoles en Alemania que modificar la salvaguarda mediante un "cambio simple pero importante" es "el único camino para salir de esta situación".

Pero los europeos se niegan a reabrir el acuerdo de divorcio, no así la declaración política, como recordó Barnier a Barclay el lunes. La UE rechaza además limitar en el tiempo la salvaguarda o prever una retirada unilateral de la misma.

Enrocados en sus posiciones, la presión sobre el sin acuerdo se vuelve más pesada. "Se necesitará mucha sangre fría durante un mes. El primero que se mueva, pierde", según un diplomático europeo.

Otra fuente diplomática europea aboga por un acuerdo entre partidos en Reino Unido para aprobar un acuerdo o que "alguna parte" de los laboristas de Corbyn apoye al gobierno.

Haciendo temer un incipiente alud de defecciones debido al Brexit, tres diputadas del Partido Conservador de May abandonaron el miércoles la formación para sumarse al grupo independiente recientemente formado por ocho laboristas también dimisionarios.

Mientras tanto, Reino Unido y sus 27 socios aceleran sus preparativos para limitar los daños a sus economías y preparar a sus países en caso de que fracasen en su intento de lograr canalizar con un acuerdo el primer divorcio en la historia del proyecto europeo.