Dick-Sporting
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Una de las mayores cadenas de artículos deportivos de Estados Unidos, Dick's Sporting Goods, anunció que no venderá más rifles de asalto tras la masacre en un liceo de Florida que dejó 17 muertos.

Tras el tiroteo más mortífero en una escuela del país en los últimos cinco años, la compañía fundada hace 70 años en Nueva York también anunció que a partir de ahora solo venderá armas a mayores de 21 años, y que ya no venderá tambores de alta capacidad.

La decisión marca un fuerte posicionamiento en el sector privado tras la inédita movilización de jóvenes estudiantes que sobrevivieron a la tragedia en la escuela secundaria de Parkland, que se han convertido en el rostro de la batalla por el control de armas en Estados Unidos.

Tras recibir fuertes críticas en las redes sociales, la semana pasada ya varias empresas como Hertz, las aerolíneas Delta o United Airlines o la compañía de seguros Metlife anunciaron que cortaban asociaciones con la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA).

Este lobby que ha financiado a muchos congresistas federales y de los estados insiste en que la Constitución otorga a los ciudadanos estadounidenses el derecho a portar armas, y que el Congreso no debe legislar sobre el tema. Calificó de "cobardía política y cívica" los anuncios de las empresas.

"Tenemos que ayudar"
Fue con un fusil de asalto AR-15 que Nikolas Cruz, un exestudiante del liceo Parkland de Florida (sureste), mató el 14 de febrero a 14 alumnos y tres profesores de su antigua escuela situada en esta pequeña ciudad al norte de Miami.

"La violencia por armas de fuego es una epidemia que ha cobrado la vida de demasiadas personas, incluida la esperanza más brillante para el futuro de Estados Unidos: nuestros niños", dijo el presidente de Dick's Sporting Goods, Edward Stack, en un comunicado.

"Tenemos que ayudar a resolver el problema que tenemos por delante", añadió. "Tenemos un respeto y una admiración tremendos por los estudiantes que están organizándose y haciendo escuchar sus voces sobre la violencia causada por las armas en escuelas y otros lugares del país. Los escuchamos. El país los ha escuchado".

Stack reveló asimismo que en noviembre del 2017 su compañía vendió un arma a Cruz, aunque no la utilizada en el tiroteo.

Dick's Sporting Goods urgió además este miércoles al Congreso a reformar las leyes de control de armas con la prohibición de venta de fusiles de asalto, subiendo la edad mínima de los compradores a 21 años y chequeando que éstos no tengan enfermedades mentales ni hayan tenido problemas con la ley.

También le llamó a prohibir los tambores de alta capacidad, a crear una base de datos exhaustiva y universal con los nombres de las personas a las cuales no pueden venderse armas, y a prohibir la venta de armas sin chequeos de los compradores que ocurren a veces en salones de armas y ventas privadas.

La masacre de Parkland fue el decimoctavo tiroteo en una escuela de Estados Unidos desde que comenzó el año. Y desde inicios de 2013, el número 291, según la organización Moms Demand Action, de madres que luchan contra la proliferación de armas de fuego.

¿Un punto de inflexión?
"¿Estamos frente a un punto de inflexión sobre las armas?", preguntó Matthew Dallek, profesor de administración política en la universidad George Washington, en una columna en Yahoo.

Dallek trazó paralelos entre la movilización estudiantil y otras luchas que en el pasado "han transformado las políticas de asuntos grabados a fuego, desde la esclavitud a la aceptación casual del acoso sexual".

Sin embargo, predijo que el Congreso posiblemente haga "poco o nada" sobre el tema a corto plazo.

Los estudiantes de Parkland organizan para el 14 de marzo en la capital del país una gran marcha para pedir al Congreso que controle la venta de armas, desafiando la oposición de parlamentarios republicanos y de la NRA.

Otras similares son organizadas a través de todo el país. En Nueva York, por ejemplo, miles de estudiantes planifican abandonar sus salones de clase en solidaridad con sus compañeros de Parkland.

Los estudiantes ya han conseguido millones de dólares en financiación gracias a generosas donaciones de celebridades como el actor George Clooney y su esposa Amal, el director de cine Steven Spielberg y su esposa o la actriz y conductora televisiva Oprah Winfrey.