FOTO 4 | El A350-1000 mide 242 pies y una pulgada de largo, 19 pies y siete pulgadas de ancho con un espacio de ala de 212 pies y cinco pulgadas.
FOTO 4 | El A350-1000 mide 242 pies y una pulgada de largo, 19 pies y siete pulgadas de ancho con un espacio de ala de 212 pies y cinco pulgadas.

El sector empresarial en el se encuentra en la cuerda floja ante la falta de concreción de cómo se resolverá el "", una incertidumbre que ha empujado al gigante aeroespacial Airbus a sumarse al goteo de empresas que se plantean abandonar el país si la salida se lleva a cabo sin acuerdo.

La compañía europea, que genera en suelo británico unos 6,000 millones de libras (unos 6,900 millones de euros) de facturación al año, advirtió hoy de que, si se produce una salida de la (UE) no negociada, podría trasladar su actividad a otros países.

El presidente, Tom Enders, aseguró que la situación actual de incertidumbre ha llevado al sector aeroespacial británico "al borde del precipicio".

"El 'Brexit' está amenazando con destruir un siglo de desarrollo asentado en la educación, la investigación y el capital humano", agregó en un comunicado difundido este jueves.

Por eso, si la salida del Reino Unido se llevara a cabo sin acuerdo Airbus "potencialmente tendría que tomar decisiones muy perjudiciales para el Reino Unido".

Unas decisiones que ya han tomado otras empresas como la japonesa Sony, que informó de que va a trasladar su principal sede europea desde el Reino Unido hasta Holanda, o la británica Dyson, que adelantó que moverá sus oficinas centrales a Singapur.

Estos acontecimientos no hacen más que sumar presión a la primera ministra británica, Theresa May, que hoy se reunió con los principales líderes sindicales del país para tratar de recabar apoyos a sus planes para ejecutar el "divorcio" con el bloque comunitario.

La "premier" recibió en su residencia oficial de Downing Street a la secretaria general de la confederación británica de sindicatos TUC, Frances O'Grady; al líder de Unite -el mayor sindicato británico-, Len McCluskey; al de Unison, Dave Prentis; y al de GMB, Tim Roache.

Todos ellos coincidieron en exigir a la jefa de Gobierno que levante de la mesa la posibilidad de una salida sin acuerdo, algo que se producirá automáticamente el próximo 29 de marzo, si el Parlamento no ha logrado aprobar un pacto o si no se prorroga el artículo 50 del Tratado de Lisboa.

En virtud de ese texto, el 29 de marzo de 2017 dieron comienzo los dos años de negociaciones entre ambos bloques que culminarán en la misma fecha de 2019 con la materialización del "Brexit".

Según Prentis, salir de la UE sin acuerdo sería "catastrófico para la economía, para los servicios públicos y para todos que aquellos que trabajan en escuelas, hospitales, ayuntamientos y cuerpos policiales".

Mientras tanto, en la Cámara de los Comunes el portavoz laborista del "brexit", Keir Starmer, criticó hoy la "vaguedad" que ha mostrado May respecto a sus "intenciones" en sus renegociaciones con Bruselas.

"¿Busca cambios legales en el Acuerdo de Salida, simples garantías o, aún menos, clarificaciones?", preguntó Starmer al ministro del "Brexit", Steve Barclay.

Barclay esquivó responder directamente y se limitó a afirmar que sigue sin conocer cuál es la posición del Partido Laborista respecto al "Brexit".

El principal partido de la oposición descartó hoy apoyar una enmienda para forzar al Gobierno a convocar un nuevo plebiscito sobre la permanencia o salida del club de los Veintisiete.

En vez de esa, el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, ha presentado una en la que insta al Ejecutivo a garantizar el suficiente tiempo para debatir y votar todas las opciones que impidan que el Reino Unido abandone el bloque comunitario sin acuerdo.

En total se han presentado 14 enmiendas de las que se debatirán las que escoja el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, el próximo martes 29 de enero.

Son enmiendas a una moción neutra del Gobierno en la que se constata que el Parlamento ha tenido la oportunidad de debatir los planes sobre el "brexit" que expuso esta semana la primera ministra, la conservadora Theresa May.

Las cláusulas que se lleguen a aprobar no son legalmente vinculantes, pero pondrán presión sobre el Gobierno para seguir la ruta que haya marcado la cámara legislativa.

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