La mayoría de economistas ve probable que la economía británica vuelva a caer en recesión, contrayéndose en el último trimestre del 2020 y el primer trimestre del 2021. (Foto: AP)
La mayoría de economistas ve probable que la economía británica vuelva a caer en recesión, contrayéndose en el último trimestre del 2020 y el primer trimestre del 2021. (Foto: AP)

El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, dijo que Reino Unido se enfrenta a unos meses muy difíciles debido al resurgimiento de los casos de COVID-19, pero restó importancia a las sugerencias de que reducir las tasas de interés por debajo de cero sería una forma sencilla de impulsar el crecimiento.

Sus comentarios siguieron a la advertencia del ministro de Finanzas, Rishi Sunak, el lunes de que la economía probablemente empeorará antes de mejorar, en un momento en que el país sufre su tercer confinamiento nacional y lucha por contener la propagación del coronavirus.

(Estamos) en un período muy difícil en este momento y no hay duda de que retrasará probablemente la trayectoria”, dijo Bailey en un discurso en línea ante las Cámaras de Comercio de Escocia. No obstante, agregó que es probable que la forma básica de la recuperación refleje la trayectoria que el BoE esbozó en una serie de pronósticos en noviembre.

La mayoría de economistas ve probable que la economía británica vuelva a caer en recesión, contrayéndose en el último trimestre del 2020 y el primer trimestre del 2021, después de una caída récord del 25% en la producción en los primeros dos meses de confinamiento el año pasado.

Bailey dijo que la “mejor suposición” del Banco de Inglaterra es que la producción económica en los últimos tres meses del 2020 se haya mantenido estable o ligeramente a la baja.

Según afirmó, ya no cree que la tasa de desempleo alcance un máximo del 7-8%, como pronosticó el BoE hace dos meses, porque el gobierno había ampliado su esquema de protección laboral. No obstante, dijo que probablemente sea aún más alto que la última estimación oficial del 4.9%, en torno al 6.5%.

Bailey agregó que la actividad económica durante el primer trimestre estará deprimida hasta que las vacunas contra el COVID-19 se generalicen lo suficiente como para permitir el levantamiento de algunas restricciones.

Por otra parte, adoptó un tono más escéptico sobre la posibilidad de introducir las tasas negativas en Reino Unido que otra autoridad del BoE, Silvana Tenreyro, quien describió el lunes los posibles beneficios de tal política.

“En términos simples de economía y matemáticas, no hay nada que pueda detenerlo en absoluto. Sin embargo, presenta muchos problemas”, señaló.

Según indicó, las tasas negativas -objeto de una revisión de viabilidad por parte del BoE- complicarían los esfuerzos de los bancos para obtener una tasa de rendimiento, lo que podría dañar sus préstamos a las empresas.