Theresa May, primera ministra británica. (Foto: AFP)
Theresa May, primera ministra británica. (Foto: AFP)

Ahora Theresa May ha presentado al Parlamento los resultados de su negociación de dos años por el Brexit. El mes que viene pedirá a los legisladores que aprueben el acuerdo. Y todos –salvó quizá la primera ministra- coinciden en que probablemente pierda la votación. En lo que nadie coincide es en qué ocurrirá al día siguiente. Así es como podría acabar el asunto:

Volver al Parlamento
Este es el acuerdo. No va a cambiar. Y la alternativa es que no haya acuerdo. La primera ministra quizá espere que una reacción adversa del mercado asuste a los legisladores para que se alineen.

Volver a la UE
El Parlamento quiere algo más y entonces la primera ministra pide más. Es muy posible que los astutos negociadores de Bruselas quieran endulzar el azúcar para ponerle al acuerdo y hacerlo levemente más atractivo, pero parece improbable que eso baste para modificar muchos votos en el Parlamento. May podría seguir presentando el acuerdo al Parlamento hasta que los legisladores cedan.

Guía sobre cómo podría terminar la partida

May renuncia
May se harta y se va. Los tories celebran una elección instantánea para designar un nuevo jefe, al final de la cual el ganador se enfrenta a las mismas opciones que su antecesora derrotada. May ha dejado en claro que ese no es su plan.

Voto de confianza conservador
May no quiere renunciar pero los tories tratan de deshacerse de ella. Si triunfan, celebran una elección para designar nuevo jefe. Si fracasan, May se ve fortalecida. Pero en cuanto al brexit y el Parlamento, nada ha cambiado.

Voto de confianza al gobierno
La Ley de Parlamentos de Mandato Fijo dice que, si el gobierno pierde una votación de confianza en el Parlamento, tiene 14 días para ganar otra o se celebrará una elección general. Los funcionarios del gobierno han dicho en el pasado que, si perdían la votación por el brexit, podían pedir un voto de confianza.

Los partidarios del brexit respondieron que están dispuestos a votar en contra del acuerdo pero no del gobierno. Pero sólo hacen falta siete tories que se rebelen –o que el Partido Unionista Democrático vote contra el gobierno- y el gobierno cae.

Segundo referéndum
Si el Parlamento no puede decidir, ¡que decida el pueblo! El problema es lograr que el Parlamento apruebe la ley. Si eso no es una política del gobierno, no se logrará: hasta un gobierno débil tiene suficiente control del proceso legislativo para bloquear esa iniciativa.

Salir sin acuerdo
Si no les gusta el acuerdo, que no haya acuerdo. El problema es que la falta de acuerdo es muy difícil de vender desde el punto de vista político. Los legisladores de ambos partidos constantemente aseguran que el Parlamento no permitirá que no haya acuerdo, sin explicar cómo podría evitarse eso.

Hacer lo mismo que Noruega
El Parlamento no quiere que no haya acuerdo; vayamos entonces por la relación más cercana posible con la UE. Algunos tories ofrecen eso como paso provisorio hacia una relación definitiva más distante. Otros lo ven como un estado final creíble. Pero hay siete partidarios del Brexit que se arriesgarían a ser expulsados del Partido Conservador para impedir un acuerdo al estilo noruego.

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