La industria automotriz evitó un desastre cuando el Reino Unido y la Unión Europea sellaron un acuerdo comercial posterior al brexit, pero no lo suficientemente pronto para evitar que fabricantes de automóviles anunciaran el cierre de fábricas y cancelaran planes para fabricar varios vehículos nuevos en el país.
Aún podrían observarse más perjuicios, incluso con el acuerdo alcanzado la semana pasada. Los fabricantes de automóviles podrían tener dificultades para que algunos modelos ensamblados en el Reino Unido califiquen para la exportación libre de aranceles a la Unión Europea, al tiempo que evalúan si obtienen suficientes componentes a nivel local.
Los costos asociados a tener que cambiar de proveedores, y la carga de las declaraciones de aduanas, las certificaciones y las auditorías todavía podrían terminar de convencer a las compañías automotrices de que es mejor invertir en otro lugar.
“Este sigue siendo un pequeño acuerdo con importantes implicaciones y costos para la industria automotriz”, dijo David Bailey, profesor de economía empresarial de la Escuela de Negocios de Birmingham en Inglaterra. “Mucho dependerá del grado de flexibilidad permitido y del grado de introducción gradual”.
El acuerdo sobre el Brexit elimina el riesgo de éxodo generalizado, pero aún podría ser insuficiente para los fabricantes de automóviles con muy poco margen para asumir más gastos. Cualquier otra consecuencia podría tener grandes implicaciones para la economía del Reino Unido.
La industria automotriz del país emplea a más de 860,000 personas, de los cuales más de una quinta parte trabaja en fábricas de vehículos y piezas. Los fabricantes de automóviles enviaron el año pasado 42,400 millones de libras (US$ 57,000 millones) en automóviles y componentes al extranjero, un 13% de las exportaciones totales de la nación.
Es poco probable que el mercado interno compense cualquier pérdida de ventas en el extranjero. Las inscripciones ya habían caído durante tres años consecutivos antes de ser diezmadas por la pandemia, registrando una caída de 31% hasta noviembre.
Los requisitos arancelarios de los fabricantes de automóviles en el futuro pueden verse afectados por sus planes de llevar más de sus cadenas de suministro de baterías a la región. Los vehículos eléctricos tendrán seis años más para que sus componentes extranjeros sean inferiores a 45%, mientras que el umbral de los automóviles de gasolina y diésel se impondrá de inmediato.
“Los plazos subrayan la necesidad urgente de que el Gobierno cree las condiciones que atraerán la fabricación de baterías a gran escala al Reino Unido y que transformarán nuestras cadenas de suministro”, dijo Mike Hawes, director ejecutivo del grupo comercial de la industria automotriz del Reino Unido, denominado Society of Motor Manufacturers and Traders. “Mejorar la competitividad del Reino Unido será esencial para ayudar a mitigar los costos y las cargas adicionales causados por nuestra nueva relación comercial”.
‘Luz verde’
Otros fabricantes de automóviles han pospuesto las inversiones en plantas del Reino Unido a la espera del resultado de las negociaciones comerciales.
“Se espera que el acuerdo ahora dé luz verde a las grandes inversiones en el Reino Unido que se habían estancado en medio de la incertidumbre del Brexit”, dijo Bailey, profesor de la Escuela de Negocios de Birmingham. “Habrá costos adicionales para la industria en términos de barreras no arancelarias, pero las cosas podrían haber sido mucho peores”.