Los últimos partidos de Neymar también han estado marcados por su volatilidad emociona. (Foto: Reuters)
Los últimos partidos de Neymar también han estado marcados por su volatilidad emociona. (Foto: Reuters)

Samara.- En medio de las críticas por su egoísmo y su excesivo dramatismo, Neymar buscará evitar otro fracaso de Brasil en una fase definitoria de un Mundial y ser el arma letal que su país requiere para el duelo del lunes contra un México que siempre complica a los pentacampeones del mundo.

Mientras sus partidarios siguen festejando sus lujos y culpan a la lesión que sufrió en febrero y que lo mantuvo fuera de las canchas hasta junio como la causante de su flojo desempeño en el torneo, sus detractores están comenzando a hacerse oír con fuerza.

Después de tres actuaciones decepcionantes cargadas de individualismo, los cuestionamientos sobre su desempeño se han vuelto cada vez más perceptibles.

Según la FIFA, el jugador más caro del mundo después de su traspaso al PSG por 222 millones de euros (unos US$ 259 millones) ha intentado más regates que cualquier otro futbolista en el Mundial con 42.14 más que su rival más cercano: el argentino Lionel Messi.

Sin embargo, una de las cosas más frustrantes que se han visto en el juego grupal de Brasil son la inutilidad de los persistentes esfuerzos de Neymar por ayudar a su equipo, por lo que no extraña que las estadísticas pinten una pobre imagen de su desempeño.

Pero sus errores frente a la portería son, probablemente, lo más preocupante para el técnico Tite.

Según la FIFA, el jugador de 26 años ha tenido 18 "oportunidades de gol", más que nadie en el torneo, pero únicamente anotó una vez. En contraste, el portugués Cristiano Ronaldo tuvo 10 opciones y anotó cuatro.

Volatilidad emocional

Los últimos partidos de Neymar también han estado marcados por su volatilidad emocional -lloró después del triunfo por 2-0 sobre Costa Rica- y por una tendencia a tirarse al suelo tras el contacto más mínimo.

El delantero ha pasado tanto tiempo en el césped que un bar en Río de Janeiro ofreció una ronda de tragos por cada caída de Neymar en el partido contra Serbia.

Tal vez, como ha sugerido Tite, Neymar está sintiendo el peso de cargar las esperanzas de una de las naciones más futbolizadas del mundo.

Pero sus flojas actuaciones han provocado que aficionados y expertos se pregunten si su actual nivel es una ayuda o un obstáculo para un Brasil que tiene otros "galácticos". Incluso hay voces que aseguran que el exjugador del Barcelona se beneficiaría si dejara de ser el centro de atención.

"Él aún está tratando de impresionar a todos con sus habilidades y todavía no sucede nada realmente. Por su estándar y su nivel actual, no sería mala idea darle un descanso", dijo el exportero del Manchester United y de Dinamarca Peter Schmeichel.

El lunes, Brasil enfrentará a una selección de México que ha sido eliminada en los octavos de final en los últimos seis mundiales, pero que ha ganado siete de sus últimos 15 encuentros contra Brasil, perdiendo solo cinco veces.

"A Neymar todos lo conocemos (...) Es su estilo y el árbitro sabrá manejarlo. Sabemos que le gusta exagerar las faltas, tirarse muchísimo, pero es él (el árbitro) el que lo tiene que juzgar, los que deben ponerle un alto son los árbitros, no nosotros", dijo esta semana el mediocampista mexicano Andrés Guardado.

Hay pocas posibilidades realistas de que Neymar, uno de los iconos globales del fútbol moderno, quede fuera del partido ante México. Ahora depende de él demostrar si las preocupaciones sobre su nivel futbolístico están fuera de lugar.