(Bloomberg) Una disputa entre Arabia Saudita y Qatar por las transmisiones ilegales de la parece un espectáculo secundario en su enfrentamiento político. Lo que representa una amenaza para un negocio multimillonario.

El canal de televisión BeoutQ ha estado pirateando contenidos deportivos de alta calidad y transmitiéndolos principalmente por Medio Oriente.

Qatar, cuya red beIN Sports ostenta los derechos de la mayoría de partidos de fútbol, ​​partidos de tenis y carreras automovilísticas, dijo que Arabia Saudita está detrás de la operación. En consecuencia, las autoridades saudíes negaron la acusación y enfatizaron que estaban combatiendo la piratería.

Protección de intereses

Pero, lejos del intercambio de acusaciones, las organizaciones deportivas ahora se están movilizando para proteger sus intereses.

La FIFA señaló recientemente que emprenderá acciones legales en Arabia Saudita y que está trabajando con otros propietarios de derechos deportivos. Una clara acción a mediano plazo para el Mundial del 2022. Sin embargo, no especificó a quién planeaba demandar.

Para tener una noción de las pérdidas, la liga española dijo que se trata de unos US$ 469 millones al año por piratería y se comprometió a tomar medidas contra BeoutQ.

Vender los derechos de televisión es la mayor fuente de ingresos para competiciones deportivas desde la Premier League inglesa hasta la NFL. La facturación combinada de las cinco principales ligas de fútbol de Europa vale casi US$ 9 mil millones al año.

“La falta de acción contra la piratería podría significar menos dinero en el futuro, es decir, para el Mundial Qatar 2022, ya que las redes buscan compensación o negocian tarifas más bajas”, sostuvo Marc Ganis, director de Sportscorp, compañía de deportes con sede en Chicago. “El riesgo aumenta significativamente a medida que aumenta la piratería y penetra los mercados más atractivos desde el punto de vista financiero”, sostuvo.

Rusia 2018

BeoutQ comenzó en línea en agosto del 2017 y las transmisiones por satélite iniciaron el mes siguiente. Está respaldado por inversores colombianos, cubanos y de Oriente Medio, según una versión anterior de su sitio web. El canal saltó a la fama en Medio Oriente en mayo cuando transmitió la final de la Liga de Campeones de la UEFA entre el Real Madrid y el Liverpool.

BeIN Sports ya ha sido golpeado por la política de Medio Oriente luego de que Arabia Saudita y tres de sus aliados cortaran relaciones diplomáticas, comerciales y de transporte con Qatar en junio del 2017, acusando a la península de patrocinar el terrorismo.

Qatar, que organizará la Copa Mundial de fútbol en 2022, dice que el boicot es un intento de subvertir su soberanía.

Millenials revolucionan el negocio del Mundial

Tendencia. La Copa batirá récords de espectadores, pero estos inquietan a las empresas. Rusia 2018 probablemente atrajo más espectadores que cualquier otro Mundial anterior, con una singularidad: los millennials lo ven en lugares que eran raros o inexistentes en 2014. Esto debido a que los medios digitales modifican la forma en la que la gente ve los encuentros. Es por ello que las cadenas de televisión deben adaptarse para hacerse más atractivas, algo que han tenido que hacer en este Mundial y que evidentemente se afianzará en Qatar 2022.

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