México es uno de los países que mayor actividad sísmica presenta a nivel mundial. Por ello, el Servicio Sismológico Nacional (SSN), es el ente encargado de realizar el reporte diario con los temblores que se presentan en México. Esta alta actividad sísmica se debe a que debajo se ubican cinco placas tectónicas: Placa del Caribe, Placa del Pacífico, Placa de Norteamérica, Placa la Rivera y Placa de Cocos. Por esta razón, te compartiré cuál es la hora exacta, el lugar del epicentro, la magnitud y la profundiad de estos sismos que se producen en ciudades como Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Jalisco, Baja California, Michoacán y así como los microsismos en CDMX.
Además, revisa cuáles son las indicaciones preventivas que ofrece el gobierno de la nueva presidenta mexicana Claudia Sheinbaum Pardo y el resto de autoridades competentes para estar preparados ante un eventual caso de emergencia. Recuerda conservar la calma y transmite un mensaje de tranquilidad hacia tus amigos y familiares en el momento que ocurra el temblor. Prepara una mochila de emergencia con alimentos, ropa y un botiquín de primeros auxilios.
Consulta el reporte oficial del Servicio Sismológico Nacional sobre los últimos temblores en México confirmados hoy, lunes 21 de octubre, desde los estados de Chiapas, Colima, Guerrero, Oaxaca, entre otros. Estos datos que mostraremos a continuación son corroborados por el Centro de Instrumentación y Registros Sísmico (CIRES), Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y el sistema de alerta sísmica SASMEX.
El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) es una herramienta crucial para la prevención de desastres en México. Este sistema emite avisos de alerta sísmica que permiten a la población tomar medidas de seguridad antes de que un sismo impacte. Los avisos se difunden a través de diversos medios, incluyendo radio, televisión y aplicaciones móviles, asegurando una amplia cobertura y accesibilidad. La efectividad de SASMEX ha sido reconocida a nivel mundial, destacando su importancia en la mitigación de riesgos sísmicos.
Para maximizar la seguridad, es esencial que la población esté informada y preparada para actuar al escuchar un aviso de SASMEX. Conocer los protocolos de emergencia y tener un plan de acción puede salvar vidas. Además, la constante actualización y mejora del sistema garantiza que las alertas sean precisas y oportunas. La colaboración entre autoridades y ciudadanos es fundamental para fortalecer la cultura de prevención y respuesta ante sismos en México.
Una mochila de emergencia es una bolsa que contiene artículos esenciales que pueden ser necesarios en caso de un desastre natural, como un sismo. La mochila debe ser lo suficientemente grande para contener todos los artículos necesarios, pero lo suficientemente pequeña para ser transportada fácilmente.
Los artículos que deben incluirse en una mochila de emergencia ante un sismo son:
Además de estos artículos esenciales, también se pueden incluir otros artículos que puedan ser necesarios, como:
Los estados con más sismos en México son aquellos que se encuentran ubicados en la costa del Pacífico, donde se encuentra el límite de la placa tectónica de Cocos con las placas Norteamericana y del Caribe. Esta zona es conocida como el Cinturón de Fuego del Pacífico, y es una de las zonas sísmicas más activas del mundo.
Los estados con más sismos en México son:
Estos estados son los que registran la mayor cantidad de sismos de magnitud 5 o superior. Los sismos en estas zonas pueden ser de gran magnitud, y pueden causar daños importantes en las infraestructuras y en las comunidades.
Otros estados que también se encuentran en zonas sísmicas activas son:
El norte de Baja California es una zona muy sísmica y la alta densidad de población la convierten en una área de alto riesgo geológico. El riesgo es mayor hacia el oriente, en el Valle de Mexicali, ya que las fallas más cercanas al límite de placas se caracterizan por su mayor magnitud sísmica. Por el peligro que respresentan, las fallas Agua Blanca, por su largo silencio sísmico, la falla Ojos Negros, por su intensa actividad microsísmica, y el sistema de fallas Cerro Prieto e Imperial, por su cercanía con zonas económicas, son las estructuras sísmicas más importantes en el norte de Baja California.
Chiapas se encuentra cerca de la Fosa Mesoamericana , donde la Placa de Cocos se sumerge debajo de la Placa de América del Norte. Este proceso de subducción genera una inmensa presión y fricción, lo que lleva a frecuentes liberaciones de sismos.
Existen temblores en el estado debido a su ubicación geográfica en la Placa de Cocos, Placa Americana y las fallas activas de Polochic y Motagua, que pertenecen a la Placa del Caribe. En esta parte de México se han registrado sismos de gran magnitud como el del 19 de abril de 1902 que alcanzó los 7.5 grados o el del 23 de septiembre de 1902 que registró 7.7. Un estudio del CENAPRED en 2005 sostiene que un terremoto fuerte en Chiapas puede ocasionar un tsunami en el futuro.
Reporte del Servicio Sismológico Nacional (SSN) de la sismicidad correspondiente al 2024-10-20 que incluye todos los sismos en México localizados de magnitud menor de 4.0:
Cuando ocurre un sismo de magnitud considerable, las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura están sujetas a un reacomodo. Durante este proceso se genera una serie de sismos en esta zona conocidos como Réplicas, las cuales son de menor magnitud y pueden ocurrir minutos, días y hasta años después del evento principal. El número de estas réplicas puede variar desde unos cuantos sismos hasta cientos de eventos.
El 19 de septiembre de 1985, la ciudad de México experimentó un devastador terremoto de 8.1 en la escala de magnitud, con su epicentro en la costa del Pacífico. Se estima que al menos 10,000 personas perdieron la vida, afectando y derribando miles de estructuras de vivienda, comercio y de servicios públicos.
Muchas personas pueden pensar que la ocurrencia de muchos sismos pequeños puede evitar que ocurra un terremoto grande. La escala de magnitud es logarítmica, cada unidad de magnitud es 30 veces más grande que la unidad anterior. Es decir, se requieren 30 sismos de magnitud 3.0 para liberar la energía de un temblor de magnitud 4.0. O sea que, para liberar la energía de un terremoto de magnitud 7.0 se requerirían un millón de temblores de magnitud 3.0. Los temblores pequeños liberan algo de la energía de la falla, pero no evitan que ocurra un terremoto grande.
Los terremotos ocurren sin ningún aviso y pueden ser tan violentos que no dejan correr ni gatear, por lo que usted será tumbado al suelo en donde esté. "Agacharse, Cubrirse, y Agarrarse" le dará la mejor oportunidad de protegerse durante un terremoto... incluso durante temblores que causan que los muebles se muevan entre los cuartos y hasta en los edificios que pueden ultimadamente derrumbarse. Agachándose, cubriéndose la cabeza (y el cuerpo debajo de una mesa fuerte si es posible), y agarrándose de muebles (aunque estén moviéndose) le ofrece el mejor nivel de protección en la mayoría de las situaciones.
No. Se ha determinado que los animales tienen un comportamiento extraño antes de un evento sísmico ya que tienen los sentidos más agudos y pueden detectar las ondas del suelo antes que los humanos. Pero su cambio en comportamiento no es un factor confiable debido a que no se sabe con seguridad que su comportamiento inusual va a ser precisamente causado por un sismo, sino que podría ser por una inundación, huracán, fuego o cualquier fenómeno de la naturaleza.
Fecha: 20/10/2024
Hora: 05:44:28
Magnitud: 2.6
Epicentro: 3 km al sureste de Ixtapaluca, México
Latitud: 19.29°
Longitud: -98.85°
Profundidad: 5 km
Fuente: Servicio Sismológico Nacional (SSN)
El sistema de alerta sísmica emite avisos en el Valle de México cuando una serie de estaciones sensoras localizadas a lo largo de la costa de Guerrero confirman la ocurrencia de un sismo de gran magnitud en esta zona. La utilidad del SAS radica en el principio que la velocidad de propagación de las ondas de radio (por medio de las cuales se transmite la alerta) es mayor a la velocidad de propagación de las ondas sísmicas. El aviso anticipado del inicio del sismo que ocurre en la costa de Guerrero a su arribo al Valle de México y Toluca es de aproximadamente 60 segundos, tiempo suficiente para llevar a cabo medidas que reduzcan la posibilidad de que se genere un desastre considerable.
El SASMEX se encuentra a cargo del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico A.C. (CIRES). Más información en: www.cires.org.mx
Cuando un sismo ocurre, la información preliminar disponible durante los primeros minutos siguientes al evento se obtiene a partir de un grupo pequeño de estaciones de la red de observatorios sismológicos que se encuentran distribuidos en todo el territorio Nacional. Este procedimiento se lleva a cabo con el propósito de obtener información sobre el evento lo más pronto posible, sobre todo si se trata de un sismo de magnitud considerable.
Como resultado, la magnitud preliminar se basa en el cálculo de datos procedentes de un número reducido de datos. A medida que se encuentra disponible información adicional y ésta es procesada, la magnitud del evento se recalcula y se actualiza continuamente. Algunas veces la magnitud varía ligeramente del primer valor reportado debido a este ajuste.
Hasta hoy, no existe una técnica que permita predecir los sismos. Ni los países como Estados Unidos y Japón cuya tecnología es muy avanzada, han sido capaces de desarrollar una técnica predictiva de temblores. Dado que vivimos en un país con gran actividad sísmica la única certeza que tenemos es que tiembla constantemente y que debemos estar preparados. Ante cualquier evento sísmico lo único que nos puede ayudar es la prevención.
Cuando ocurre un sismo de magnitud considerable, las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura están sujetas a un reacomodo. Durante este proceso se genera una serie de sismos en esta zona conocidos como Réplicas, las cuales son de menor magnitud y pueden ocurrir minutos, días y hasta años después del evento principal. El número de estas réplicas puede variar desde unos cuantos sismos hasta cientos de eventos.
Cuando hablamos de duración de un sismo nos podemos referir a varios conceptos diferentes: Una es la duración del movimiento percibida por el ser humano, otra la duración del registro instrumental (puede ser incluso de varios minutos) y otro es el tiempo que duró el movimiento de la falla que originó el sismo (que puede ser de unos cuantos segundos).
Los sismómetros son instrumentos altamente sensibles al movimiento del suelo, esto les permite detectar con suma precisión el instante mismo del inicio de un sismo, así como su terminación. El ser humano a diferencia del sismómetro, no tiene una percepción tan desarrollada en este sentido, en general sólo es capaz de percibir la parte más intensa del movimiento provocado por un sismo. Esto quiere decir que si ponemos juntos a una persona y a un sismómetro a medir la duración de un sismo, la persona reportará un tiempo de movimiento bastante menor al que reportará el sismómetro, debido a que la persona sólo siente la parte más intensa del movimiento del suelo, mientras que el sismómetro percibe hasta el movimiento más insignificante que se da justamente cuando el sismo se inicia y cuando termina. La diferencia entre lo que sienten las personas y lo que reporta el instrumento es considerable.
Por otro lado, la duración de un sismo tanto instrumental como la percepción humana varía de un lugar a otro, y no es un valor fijo. Cuando ocurre un sismo, las personas que viven en diferentes lugares no perciben la misma duración y aún aquellas que están en un mismo sitio pueden experimentan tiempos diferentes. Existen tres factores principales que intervienen en la duración del movimiento: La distancia al epicentro, el tipo de terreno y el tipo de construcción en donde nos encontremos en ese momento.
Son escalas para medir el tamaño o el impacto de un temblor. La escala de magnitud se obtiene de forma numérica a partir de registros obtenidos por sismógrafos y está relacionada con el tamaño y la energía liberada durante un temblor. La escala de intensidad se asigna en función a los daños o efectos causados al hombre y sus construcciones.
La magnitud de un temblor está relacionada con la energía liberada en forma de ondas sísmicas que se propagan a través del interior de la Tierra. Para calcular esta energía y determinar la magnitud de un temblor se realizan cálculos matemáticos basados en los registros obtenidos por los sismógrafos de diferentes estaciones. En estos registros o sismogramas se miden algunas características de las ondas y la distancia a la que se encuentra la estación del epicentro. Estos valores son introducidos a una fórmula, obteniendo así la magnitud.
Existen diferentes formas de medir la magnitud, esto quiere decir que existen diversas fórmulas matemáticas para calcularla. De hecho, actualmente ya no se usa la escala de Richter original, la cual es algo antigua y en su momento se hizo para ser utilizada con un tipo de sismómetro que ya no se usa y en otra región geográfica diferente a México.
Las magnitudes que usamos ahora son: La magnitud de coda Mc, la magnitud de energía Me, la magnitud de momento sísmico Mw, entre otras. Cada una de estas formas de calcular la magnitud tiene sus ventajas y sus limitaciones. Algunas son más rápidas de calcular pero menos precisas, otras son más precisas pero su cálculo necesita más tiempo; unas son más confiables para sismos pequeños, otras para sismos grandes. Esta es una de las razones por la cual, para algunos sismos, la magnitud preliminar -la primera que se reporta- a veces se cambia un tiempo después, cuando ya se pudieron realizar cálculos más precisos.
Al propagarse la ondas sísmicas provocan el movimiento del suelo por donde pasan. Para registrar estos movimientos se utilizan equipos denominados sismógrafos o acelerógrafos, cuyo principio de operación, basado en la inercia de los cuerpos, consiste de una masa suspendida por un resorte que le permite permanecer en reposo por algunos instantes con respecto al movimiento del suelo. Si se sujeta a la masa suspendida un lápiz que pueda pintar en un papel pegado sobre un cilindro que gira a velocidad constante, se obtiene así un registro del movimiento del suelo o sismograma.
Los sismógrafos modernos utilizan este mismo principio de operación, solo que para su implementación utilizan componentes mecánicos y electrónicos para obtener una señal eléctrica proporcional al movimiento del suelo, la cual puede almacenarse en forma local o ser transmitida por algún medio de comunicación (teléfono, radio, satélite) hasta un centro de adquisición.
La capa más superficial de la Tierra, denominada litósfera es una capa rígida compuesta por material que puede fracturarse al ejercer una fuerza sobre él y forma un rompecabezas llamado Placas Tectónicas.
Estas placas viajan como "bloques de corcho en agua" sobre la Astenosfera, la cual es una capa visco-elástica donde el material fluye al ejercer una fuerza sobre él. Estos desplazamientos aleatorios de las placas son debidos a movimientos convectivos en la capa intermedia de la Tierra o manto, esto es, material caliente del interior de la Tierra sube a la superficie liberando calor interno, mientras que el material frío baja al interior.
Este fenómeno provoca el movimiento de las placas y es justo en los límites entre placas, donde hacen contacto unas con otras, se generan fuerzas de fricción que mantienen atoradas dos placas adyacentes, produciendo grandes esfuerzos en los materiales.
Cuando dichos esfuerzos sobrepasan la resistencia de la roca, o cuando se vence la fuerza de fricción, se produce la ruptura violenta y la liberación repentina de la energía acumulada, generándose así un temblor que radia dicha energía en forma de ondas que se propagan en todas direcciones a través del medio sólido de la Tierra.
Al propagarse la ondas sísmicas provocan el movimiento del suelo por donde pasan. Para registrar estos movimientos se utilizan equipos denominados sismógrafos o acelerógrafos, cuyo principio de operación, basado en la inercia de los cuerpos, consiste de una masa suspendida por un resorte que le permite permanecer en reposo por algunos instantes con respecto al movimiento del suelo. Si se sujeta a la masa suspendida un lápiz que pueda pintar en un papel pegado sobre un cilindro que gira a velocidad constante, se obtiene así un registro del movimiento del suelo o sismograma.
Los sismógrafos modernos utilizan este mismo principio de operación, solo que para su implementación utilizan componentes mecánicos y electrónicos para obtener una senal eléctrica proporcional al movimiento del suelo, la cual puede almacenarse en forma local o ser transmitida por algún medio de comunicación (teléfono, radio, satélite) hasta un centro de adquisición.
Un sismo contiene ambos tipos de movimiento en todo momento. Las ondas sísmicas se propagan en todas direcciones, provocando el movimiento del suelo tanto en forma horizontal como vertical. En los lugares cercanos al epicentro, la componente vertical del movimiento es mayor que las horizontales y se dice que el movimiento es trepidatorio. Sin embargo, al ir viajando, las componentes de las ondas sísmicas se atenuan y al llegar a un suelo blando, como el de la Ciudad de México, las componentes horizontales se amplifican y se dice que el movimiento es oscilatorio.
Hasta hoy, no existe una técnica que permita predecir los sismos. Ni los países como Estados Unidos y Japón cuya tecnología es muy avanzada, han sido capaces de desarrollar una técnica predictiva de temblores. Dado que vivimos en un país con gran actividad sísmica la única certeza que tenemos es que tiembla constantemente y que debemos estar preparados. Ante cualquier evento sísmico lo único que nos puede ayudar es la prevención.
Es el punto de la superficie de la Tierra directamente sobre el hipocentro. Es, generalmente, la localización de la superficie terrestre donde la intensidad del terremoto es mayor. Las características de la falla, sin embargo, pueden hacer que el punto de mayor intensidad esté alejado del epicentro.
Una falla geológica es una fractura en la corteza de la Tierra que separa dos masas de roca, y donde una de las masas de roca se ha desplazado con respecto a la otra. La mayor concentración de fallas están ubicadas en los bordes de las placas tectónicas. Aunque no es común, también hay algunas fallas activas en medio de las placas tectónicas.
Es el punto dentro de la corteza terrestre donde comienza la ruptura de la piedra. Este punto se determina mediante su latitud, longitud y profundidad. El terremoto se denomina superficial si ocurre en la superficie terrestre hasta unos 70 km (0-45 millas) de profundidad. Si ocurre entre los 70-300 km (45-185 millas) se denomina intermedio; y si es de mayor profundidad a los 300 km (185 millas), entonces se le conoce como profundo.
Dado que no todos los temblores son iguales, ni en su duración ni en su intensidad, desde principios del siglo XX los científicos han buscado fórmulas para medir y calificar los terremotos. Hasta hace poco los científicos medían los seísmos utilizando la escala de Richter, desarrollada por los sismólogos americanos Charles F. Richter y Beno Guatenberg en la década de 1930.
En su escala logarítmica de magnitud de un terremoto, cada número representa una intensidad 10 veces mayor que la anterior. Ningún terremoto ha superado los 9,5 grados de Chile el 22 de mayo de 1960. Desde 2011, cuando un seísmo de 9,1 sacudió las costas de Japón, no se ha registrado ningún terremoto por encima de 9 en la escala de Richter.
Los científicos asignan escalas a los movimientos telúricos en función de la magnitud o duración de sus ondas sísmicas. Un seísmo que mida de 3 a 5 grados se considera leve; de 5 a 7 es moderado a fuerte; de 7 a 8 muy fuerte y al superar los 8 grados se considera catastrófico (Richter o Mercali).
Casi el 80 por ciento de los seísmos del planeta ocurren en las costas del océano Pacífico, un área que también recibe el nombre de «Anillo de Fuego» por la gran actividad volcánica que presenta. La mayoría de los terremotos ocurren en zonas sísmicas o fallas geológicas, donde las placas tectónicas (gigantes placas rocosas que conforman la corteza superior del globo terráqueo) colisionan o se rozan entre sí.
Estos impactos son, normalmente, graduales e imperceptibles en la superficie; sin embargo, una inmensa tensión se puede acumular entre las placas. Cuando esta tensión se libera rápidamente, se emiten vibraciones masivas, denominadas ondas sísmicas, a cientos de kilómetros a través de las rocas hasta llegar a la superficie terrestre. Otros temblores pueden ocurrir lejos de las zonas sísmicas cuando las placas se estiran o comprimen.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) es una dependencia del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su misión es establecer y mantener una red de monitoreo de sismos en el país, que opere con altos estándares de calidad y de manera continua.
El SSN fue fundado el 5 de septiembre de 1910, y es el organismo encargado de recopilar, analizar y difundir información sobre la actividad sísmica en México. La red de monitoreo del SSN consta de más de 300 estaciones sismológicas ubicadas en todo el país. Estas estaciones registran los movimientos del suelo y envían la información al centro de procesamiento del SSN, ubicado en la Ciudad de México.
El SSN utiliza la información de su red de monitoreo para generar reportes sobre la actividad sísmica en México. Estos reportes incluyen la magnitud, la ubicación y el tiempo del sismo, así como su intensidad. El SSN también emite alertas sísmicas, que son señales de advertencia que se envían a los teléfonos celulares de los usuarios registrados.
El SSN es una herramienta fundamental para la prevención y mitigación de los desastres sísmicos en México. La información que proporciona el SSN ayuda a las autoridades a tomar medidas para proteger a la población de los efectos de los sismos.
¡Bienvenidos! Buenos días a todo el pueblo mexicano. En este artículo te compartiremos el reporte oficial de los últimos temblores registrados en México, según los datos oficiales del Servicio Sismológico Nacional (SSN), en los principales estado del país que presentan actividad sísmica como Ciudad de México (CDMX), Oaxaca, Guerrero, Baja California, Jalisco, Colima, Michoacán, Chiapas, entre otros.
En este mapa elaborado por el Cenapred podemos apreciar a los estados de México que están expuestos a fuertes temblores en tres niveles de riesgo de sismicidad: bajo, medio y alto.
Si en caso sentiste un fuerte sismo, sobre todo, en Ciudad de México (CDMX) y no recibiste algún mensaje de alerta en tu móvil esto puede tratarse de los llamados “microsismos”, temblores de baja intensidad que no superan las magnitudes de 3 grados y que son casi imperceptible en la Tierra. Recuerda que el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) solo se activa en los siguientes escenarios:
“Estamos buscando más sismos lentos, como los de mayo y diciembre de 2023 en las fallas Barranca del Muerto y Mixcoac, quizás ocurridos en otras fallas más al norte y que estén relacionados con los microsismo recientes”, explicó Víctor Manuel Cruz Atienza, sismólogo de la UNAM, para la Agencia EFE.
Te comparto una lista útil de buenos acciones que debes realizar para poder enfrentar un fuerte sismo en México o cualquier otro país del mundo. Pon en práctica las siguientes recomendaciones de seguridad que te mostraré a continuación:
Antes del sismo en México
Durante el sismo o terremoto en México
Después del sismo en México
¿Qué es el silencio sísmico?
El silencio sísmico es un periodo prolongado de inactividad sísmica en una zona de alta actividad tectónica. Esta aparente calma sismológica puede indicar una acumulación significativa de energía en las placas tectónicas, lo que aumenta el riesgo de futuros terremotos de gran magnitud. Fenómenos como los sismos lentos, liberaciones graduales de energía que pueden pasar desapercibidas, están siendo estudiados para comprender mejor la relación entre estos eventos y los grandes sismos. Investigar el silencio sísmico es crucial para desarrollar sistemas de alerta temprana y planes de mitigación de riesgos en regiones sísmicamente activas como México, Perú y Japón, entre otros.