Si no se va a voltear, ¿por qué las señales intermitentes?

Redacción Gestión

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OPINIÓNEnrique Castillo P.PERIODISTA

Después de casi dos años de Gobierno, y de haber convencido a casi todos sobre el cabal cumplimiento de la Hoja de Ruta y del juramento en la Casona de San Marcos, el presidente y con él, su esposa y su equipo ministerial vienen dando señales extrañas y contradictorias sobre sus intenciones y el rumbo del Gobierno, las que empiezan a generar una, ¿innecesaria?, incertidumbre.

En lo político, la demora en la respuesta a la solicitud del indulto a Alberto Fujimori ¿pensando en una negociación o una cortina de humo?; las permanentes evasivas para no responder sobre la eventual "reelección conyugal"; el lenguaje belicoso y la actitud de constante confrontación con los adversarios políticos; la cada vez más evidente pasión por lo secreto en las compras militares, y en el fabuloso incremento (al estilo Montesinos) del presupuesto de la Dirección de Inteligencia, de 9 a 74 millones de soles; así como los recientes elogios y homenajes a Hugo Chávez aquello de "un ejemplo a seguir" que irritó a Vargas Llosa, o el duelo de tres días que no se decretó por Armando Villanueva, así como la apurada llamada a Nicolás Maduro para felicitarlo en medio de la violencia y la protesta en Venezuela y aconsejarlo; son acciones u omisiones, por decir lo menos, preocupantes.

En lo económico y social, desde los ajustes laborales y tributarios; pasando por el difundido reparto de dinero, alimentos y becas; la intención del Gobierno de adquirir total o parcialmente los activos de Repsol; hasta la poca convicción para enfrentar los problemas que impiden la llegada de nuevas inversiones o la salida de las que ya están, o la poca referencia a la caída de las exportaciones o a la de los precios de los minerales ¿Maduro es más importante que esto?, representan también decisiones o ausencias a mirar con cuidado.

El primer ministro y el ministro de Economía han señalado que nada va a cambiar y que toman en cuenta la preocupación de los empresarios, pero la confianza no se refuerza con palabras sino con hechos, y los hechos son los que les preocupan.Si dicen que no se va a voltear y el rumbo no va a cambiar, ¿por qué las señales intermitentes?

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