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El de los colegas de la oficina, de los amigos de las reuniones de los fines de semana, de los compañeros del diplomado hasta el de los aventureros que jamás nos abandonan si de viajar se trata.
Formamos (a menos que nos hayan incluido sin consultárnoslo) grupos en WhatsApp, Facebook o Twitter (ahora permite enviar mensajes directos a más de una persona) cuando compartimos un propósito o interés en común: ya sea para entrar en detalles sobre un curso en específico o para coordinar qué bar será el punto de encuentro para la siguiente reunión.
Pero el usuario también 'corre el riesgo' de que los demás miembros del grupo de chat comiencen a compartir pormenores que escapan a los motivos por los cuales se creó esa comunidad virtual.
Así, si sus colegas o amigos se pusieron malhumorados o divertidos, es probable que lo sepa en ese mismo instante. Las alertas del grupo correspondiente no tardarán en llegar. Claro, dependiendo de cómo le esté yendo en el día, lo tomará con gracia o enojo si los mensajes se tornan invasivos.
Normas
Juan Carlos Luján, profesor de la carrera de Comunicación y Medios Interactivos de la UPC, coincide en que la figura del moderador es necesaria, aunque se ha dejado de lado. Su rol consiste en entrar en acción cuando algunos miembros comienzan a ir contra el correcto funcionamiento del grupo (uso de palabras soeces, envío de mensajes a altas horas de la noche o en plena jornada laboral).
Por ello, es preciso que la comunidad aclare con qué fin ha sido creada y establezca normas de uso (a qué hora deja de ser prudente el envío de mensajes, qué cosas no pueden compartirse, etc.).
Avances
Sin embargo, siempre estará la posibilidad de silenciar el grupo durante el lapso que crea conveniente.
El especialista en redes sociales, por su parte, alude a las etiquetas de Gmail, las cuales permiten organizar ciertos correos electrónicos bajo una categoría, para expresar su confianza de que, en un futuro cercano, esa funcionalidad podría extenderse a los grupos de chat. Así, el usuario podría hallar una información específica de modo fácil y rápido sin necesidad de buscarla a través de conversaciones interminables.
"Sería interesante contar, digamos, en Facebook Messenger, con etiquetas que ayuden a identificar mensajes con archivos adjuntos, en lugar de navegar a través de un sinfín de diálogos con la esperanza de detectarlos", puntualiza Luján.
Casos de denostación. Los padres de familia no son ajenos a formar grupos en WhatsApp para estar al tanto de los pendientes de sus pequeños en la escuela. En España han aumentado las quejas de docentes por la difusión de falsas acusaciones mediante esta aplicación.