Pronaa:  El fin de un mal ejemplo

Redacción Gestión

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REFORMA. El anuncio de la extinción del Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa), a través de un proceso de desactivación y traspaso de funciones a otros programas sociales que culminará el 31 de diciembre de este año, es un acierto del gobierno. Y aunque la titular del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), Carolina Trivelli, ha asegurado que la ayuda a las poblaciones beneficiarias continuará brindándose, la bancada fujimorista en el Congreso busca interpelarla.Quizás dicha intención no debería sorprender, pues el Pronaa fue creado en 1992, durante el primer gobierno de Alberto Fujimori. Lo que sí llama la atención es el comentario de su hija y hoy lideresa de la agrupación, Keiko, quien ha "advertido" que la eliminación del programa creará un nuevo conflicto social. Dependerá entonces de cómo el equipo del Midis pondrá en ejecución la medida para desmentir a la ex candidata presidencial y evitar malentendidos.Es de esperar que este proceso de extinción encuentre piedras en el camino, pues luego de dos décadas en las que el funcionamiento del Pronaa estuvo dominado por una administración deficiente, corrupción y clientelismo político, los intereses que se han creado en todo ese tiempo deben ser muchos. Con S/. 632 millones ejecutados el 2011, es uno de los cinco programas sociales con mayor presupuesto.A la par de una necesaria mejora en las prestaciones alimentarias, que por ejemplo contribuyan con disminuir la desnutrición crónica infantil –que en el ámbito rural es alarmantemente alta– el gobierno tiene la tarea de definir la orientación que el gasto social tendrá de ahora en adelante, es decir, si continuará enfocándose en el asistencialismo o si, por fin, estará dirigida a impulsar las capacidades humanas y lograr su inclusión en la economía.Es por ello que las expectativas son elevadas respecto a los cambios que el Midis planteará en los cinco programas sociales que administra. Lo recomendable sería que las entidades estatales que manejan el resto de programas sociales sigan ese ejemplo y coordinen sus mejoras bajo el esquema del Midis. De lo contrario, seguiremos teniendo dinosaurios, lentos y anquilosados, cuyo destino también será la inevitable extinción.

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