A partir del 1 de enero del 2016 todas las facturas tendrán tres copias

Redacción Gestión

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Miguel alonso juape pintomiguel.juape@diariogestion.com.pe

El mecanismo de factoring, que se espera contribuya a reducir los costos de obtener financiamiento para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), cuenta desde hoy con una disposición final de la Sunat que, entre otras normas, establece los plazos para cambiar los talonarios de facturas; a fin de que se incluya la tercera copia que será la negociable.

El ministro de la Producción, Piero Ghezzi, adelantó que las empresas tendrán dos fechas límite para cambiar todos sus talonarios. La primera fecha tope es el 31 de octubre y la segunda es el 31 de diciembre; lo que implica que desde el 1 de enero del 2016 todas las empresas deben tener nuevos talonarios.

"Algunos bancos estarán en condiciones de operar con el mecanismo en tres semanas, así que en un mes ya empezarían las primeras transacciones", detalló.

La idea de esto agregó Ghezzi es que luego se haga un acompañamiento, que entren más actores a este mecanismo y, además, se genere un mercado secundario de estas facturas.

"El trabajo de la Sunat ha sido clave y además son los encargados de supervisar la impresión de la tercera factura", indicó.

Detalles y efectos

El factoring es una alternativa de financiamiento orientada a las mipymes, que consiste en un contrato para transferir la cobranza futura de las facturas negociables por cobrar a cambio de dinero, sujeto a un descuento.

El reglamento establece que las facturas y recibos por honorarios impresos emitidos antes de diciembre del 2014 tendrán vigencia al 31 de octubre; y los emitidos desde el 1 de enero servirán solo hasta el 31 de diciembre de este año.

Sin embargo, fijar como obligación para las empresas el contar con una tercera copia denominada "factura negociable", puede representar la baja a un número importante de facturas y reemplazarlas por nuevas.

Víctor Zavala, gerente legal de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), reveló que diversos gremios manifestaron a la Sunat su preocupación por la exigencia de imprimir nuevas facturas y dar de baja a los stocks. Ello, sin perjuicio de estar de acuerdo con el sistema de un nuevo título valor, acceso al crédito y otros.

Como alternativa, plantearon que se establezca la obligatoriedad una vez acabado el stock de facturas que tienen o se establezca de manera obligatoria desde el 2016.

Otro tema a considerar es que existiría una congestión en las imprentas por la impresión de nuevas facturas.

Por su parte, voceros de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), al igual que de los otros gremios, coinciden en validar la ampliación del plazo de la obligación hasta enero del 2016.

OpiniónJorge PicónAbogado tributarista

Se trata de un reglamento apuradoLa regulación de facturas negociables existe desde hace más de cuatro años, pero nunca prendió en el mercado. Los cambios recientes son un relanzamiento del producto para hacerlo más operativo, pero no existe una diferencia técnica más allá de la obligación de la empresa de tener una tercera copia.

El sistema de facturas negociables puede promover el financiamiento, pero ello siempre dependerá del acuerdo de las partes y la evaluación del cliente. Así, la obligación de tener una tercera copia es diferente a obligar a financiar a una empresa, la norma no establece ello ni puede hacerlo.

El problema que se ocasiona con reglamentos apurados es que no se considera que se otorgan plazos muy cortos de implementación, lo cual pueden traer problemas operativos a las empresas.

Además, no se trata de cambios sustanciales en el sistema de financiamiento, parece más bien una desesperación del Gobierno por atribuirse la promoción la economía y que si ello no da resultados no se le reproche.

¿Poca aceptación de facturas?Desde su creación en el 2010, la factura negociable despertó muchas expectativas aunque en la práctica todavía no cala en elempresariado.

Un tema central es que las empresas adquirientes (que compran los bienes o servicios a la mipyme proveedora) no tienen la obligación de aceptarlas. Y de otro lado, los ejecutivos bancarios han señalado que esto limita el uso de la factura negociable en el mercado.

Explican que cada empresa grande o mediana tiene sus propias políticas de pago a proveedores, y preferirían mantenerlas antes que aceptar las facturas negociables.

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