Mujeres: fuente del talento ejecutivo

Redacción Gestión

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OPINIÓNFernando GuineaSOCIO -AMROP PERÚ

Es indispensable que pongamos énfasis en las tendencias laborales que nos permitirán asegurar el crecimiento futuro del país. Sin duda, la base fundamental de este crecimiento que experimentamos en la actualidad está sustentada en las personas y vemos que en los últimos años la participación de las mujeres ha tenido un cambio importante, lo que ha impactado no solo en su presencia en las organizaciones sino en la toma de decisiones.¿Es que esta mejora se ha dado porque hay en la actualidad nuevos y mejores esquemas de contratación o es que ellas, las mujeres, han tenido que prepararse de forma más intensiva para enfrentarse al tradicional estilo de contratar? La respuesta aún no es clara, ya que existen indicadores que apuntan a lo primero (principios de igualdad), pero a la vez se ha visto que las mujeres alcanzan, por iniciativa propia, grados académicos y de especialización que antes no poseían.Considero que la participación del talento femenino en los diferentes niveles organizacionales ha contribuido a consolidar los avances actuales así como la transformación de empresas y mercados, los cuales sustentan nuestro actual desarrollo y modernidad. Sin embargo, aún debemos esperar más aportes de ellas.Pese a los avances en el logro de la igualdad de oportunidades, aún persisten situaciones que ponen en desventaja a las mujeres frente a los hombres. La diferencia salarial y el seguir manteniendo la responsabilidad de lo que ocurra en el hogar son algunos de los muchos elementos que juegan en contra para que las mujeres puedan ubicarse en los puestos que corresponden dentro de las escalas de ascensos permitidas.Felizmente han desaparecido aquellos lamentables casos de empresarios que encasillaban a las mujeres en áreas operativas o que las separaban de la organización por estar en gestación o porque se casaban, o aquellos que pensaban que debían tener una remuneración menor que la del hombre. Sin embargo, los rezagos inconscientes de esa desigualdad aún permanecen en menor escala, en algún lugar, distorsionando el desarrollo del mercado laboral peruano. Una tarea por corregir.Se requiere de una apertura de mayor participación de la mujer en la toma de decisiones de alto nivel, de su colaboración para lograr que el potencial de ellas pueda aprovecharse al máximo y que dejemos de tener participaciones tibias de ellas en el desarrollo y transformación de empresas, negocios y mercados.Los avances que se ven en el Perú son mayores a través de las multinacionales, pero ellas son las menos frente al gran número de empresas nacionales que tan solo están cambiando de visión a través de la presencia de las mujeres en sus directorios mas no en el rol principal del CEO o alta dirección. De hecho, no es suficiente. Tenemos que modificar la dinámica e intensidad del proceso a fin de permitirnos entender que los tiempos no solo son diferentes sino que nos obligan a migrar hacia otros estilos que oxigenen nuestro crecimiento, y más aún ante la escasez de talento que sostenga el crecimiento de mediano y largo plazo.Que haya mujeres en cargos ejecutivos solo como consecuencia de herencias o situaciones familiares no nos va a servir de mucho. Lo que debemos de entender es que se requiere la firme convicción de formar cuadros gerenciales femeninos cuya meta sea llegar a lo más alto de la organización, exigiéndoles resultados tal como se hace con los profesionales hombres, en igualdad de condiciones, pero permitiéndoles también que desarrollen sus ámbitos personales de modo tal que podamos lograr que sientan verdaderamente que su misión en la empresa y la sociedad está cumplida. ¿Aceptamos el reto?

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