La mujer del César debe ser honrada e inteligente

Redacción Gestión

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CLARIDAD. Frente a las denuncias sobre ilegales acciones de espionaje de comunicaciones privadas e indebido seguimiento a políticos y periodistas, no queda más que recusar una práctica que los peruanos ya hemos comprobado que daña profundamente el estado moral de la Nación y, por ende, la estabilidad democrática del país. Por eso, cuando se hacen acusaciones de esa índole, los peruanos merecemos que las autoridades adecuadas expliquen y detallen acertada y verazmente cómo operan los servicios de inteligencia en el país.

El primer ministro, cumpliendo su papel de vocero del Gobierno, y el ministro del Interior, encargado de la seguridad interna, han tratado de explicar lo sucedido. Sin embargo, sus palabras han creado más dudas que certezas, sobre todo porque han cambiando una y otra vez las versiones de por qué agentes de inteligencia merodeaban la casa de uno de los principales denunciantes de espionaje.

Lo peor que puede estar pasando es que los ministros estén tratando de ocultar una acción vedada, quizá por un inexplicable interés político. Claro que también cabe la posibilidad de que los servicios de inteligencia siguen manipulados por una red de corrupción, y que ellos ignoren lo que está ocurriendo dentro del propio Estado.Recordemos que luego de descubrirse la red de corrupción que montó Vladimiro Montesinos durante el gobierno de Alberto Fujimori, lo servicios de inteligencia nunca fueron reorganizados con propiedad, y que todo intento en ese sentido misteriosamente se frustraba.

En este camino, el Presidente de la República, quien es el jefe de todas las entidades públicas, entre ellas los servicios de inteligencia, debe dejar en claro que nada vedado está ocurriendo, y de estar sucediendo, denunciar ante el Poder Judicial a los sospechosos de estar, incluso, saboteando el ejercicio presidencial. Lo importante es, en consecuencia, eliminar las sospechas para no generar las preocupaciones que nos generó el régimen fujimorista.

Recordemos que el propio ministro Castilla ya ha advertido que debe haber menor polarización política, y nosotros creemos que se debe tener en cuenta para evitar la desinstitucionalización que puede afectar la buena marcha económica del país, de ahí que pensemos que la mujer del César no solo debe ser honrada (en este caso, inteligente), sino parecerlo.

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