Hay que tener cuidado con la bonanza

Redacción Gestión

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OPINIÓNFrancisco PinedoDIRECTOR DE Consultoría de Negocios de PwC

Después de 8 años viviendo fuera, lo que más me ha impresionado al regresar al Perú no es el precio del dólar, ni los cientos de modernísimos edificios, ni cantidad de extranjeros paseándose por Lima, ni la estampida de Porsche Cayenne que se ve camino a las playas del sur. Lo que más me ha llamado la atención es lo rápido que hemos pasado a pensar que "todo va a estar bien".Parece extraño, porque esta "bonanza" se desarrolla mientras Estados Unidos está al borde del precipicio fiscal, Europa no termina de salir de una crisis brutal, y China no sabe ya como esconder sus señales de debilitamiento. Acá, en cambio, la bolsa va como una moto, el PBI es revisado al alza, y más medios internacionales hablan del "milagro peruano". Y comienza a tomarse como algo normal, natural. Lo más extraño de todo es que no han pasado ni dos años de las elecciones que dieron ganador a Humala, y que llevaron a muchos peruanos a tener las maletas listas. Ni dos años.

Estamos creciendo muy rápido, a veces sin los cimientos adecuados, y frecuentemente olvidando que, tal como España, Japón e Islandia, estamos sujetos a ciclos económicos; que eventualmente este crecimiento acelerado se normalizará, y que volverá la época en que solo lo obtengan quienes compitan por él. La historia nos dice que cuando los ciclos positivos son amplios (como parece que será el que atravesamos), damos por hecho que el crecimiento siempre llegará de algún lado, que algo debemos estar haciendo muy bien, aunque no tengamos muy claro qué.

Lo mismo pasa con las organizaciones, que al ver que crecen fácilmente se relajan y poco a poco van perdiendo capacidades. Se pierde la urgencia por incrementar la eficiencia, por arriesgar al innovar, y por ser paranoico ante la competencia y minucioso al invertir. La situación se agrava cuando los planes de crecimiento son delegados a la "fuerza de gravedad"; cuando se deja de ser estratégico para crecer. Lo irónico es que justamente se encuentran en el momento más oportuno para desarrollar ventajas competitivas sostenibles y consolidar el crecimiento a futuro.

Ahora que comenzamos un nuevo año, es un excelente momento para reflexionar si estamos capitalizando las oportunidades de mercado de manera que cuando el ciclo cambie, mantengamos una posición fuerte y sólida. Hay que tener cuidado con la bonanza; ya se tumbó al imperio romano.

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