Escuchar para lograr la estabilidad

Redacción Gestión

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Las últimas semanas han sido de las más difíciles para el Gobierno de Ollanta Humala. Y no solo por los resultados de las encuestas; el deterioro de la credibilidad presidencial; la situación creada en el VRAEM; los sucesos que de Ranrapata aterrizaron en Lima; las críticas por las medidas dadas o por las no dadas en distintos sectores; sino también por los conflictos sociales que se han trasladado del campo a la ciudad y que no se resuelven todavía.

Frente a una situación así de complicada, no es lo más recomendable asumir una postura de equivocada autosuficiencia o confrontación con las demás instituciones, con los ex colaboradores, con los adversarios, o con los críticos. Por el contrario, escuchar y analizar las críticas enriquece, exige, sirve de mucho, y ayuda, fundamentalmente, a no perder la conexión con la realidad, a mirar las cosas con realismo y humildad, y a alejar las tentaciones mesiánicas. Rodearse o escuchar solo a los que piensan como uno o a los que no critican, no enriquece, atrofia y ensoberbece. Criticar a los críticos y pelearse con ellos no es lo más sensato, porque pueden, aunque sea como posibilidad, terminar teniendo razón.

Lo ocurrido en los últimos días entre las organizaciones que conforman nuestro sistema judicial ha sido realmente penoso y lamentable, pero debe servir como un ejemplo real y dramático de cómo pueden llegar a obstaculizarse y a desprestigiarse públicamente, dos instituciones que se disputan a diario la última palabra en materia judicial, y que no encuentran mejor manera de solucionar sus problemas y sus ambiciones, que insultándose y atacándose ante la mirada atónita de la opinión pública. ¿Es así como vamos a generar confianza y a transmitir la sensación de que en el Perú se vive una inalterable estabilidad política?

El Gobierno debe evitar caer en un juego que podría llevarlo a transitar el mismo camino. Por el contrario, debe, dada su debilidad y carencias, tratar de convocar esfuerzos independientes que con honestidad, capacidad y visión, puedan ayudar a lograr una verdadera estabilidad política y solucionar los graves problemas que hoy tenemos en medio de un crecimiento económica impresionante.

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