“El Chavo”: su legado debe inspirarnos

Redacción Gestión

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Luis OtoyaDirector Gerente de Otoya & Asociados

Nos ha dejado Roberto Gómez Bolaños, uno de los más destacados comunicadores de las últimas décadas y creador de memorables personajes como el Chavo y el Chapulín Colorado. Me parecen muy cercanos los días de mi adolescencia en que me deleitaba frente al televisor con sus ocurrencias. Hoy debo reconocer que más allá de entretenerme se convirtió en la ventana a través de la cual pude ver y entender que la vida estaba más allá de mi familia, mi casa, los amigos, el barrio y el colegio.

Gómez Bolaños, sus personajes y sus historias, entraron a nuestras hogares para mostrarnos de forma entretenida, a tres generaciones de televidentes, la cruda realidad de nuestras sociedades, descrita desde la perspectiva de un extraordinario comunicador que dedicó toda su vida a generar contenidos fáciles de entender, que nos hacían reflexionar y dejaban alguna enseñanza, sobre temas sociales que hasta hoy siguen siendo difíciles de enfrentar.

"Síganme los buenos", nos decía Gómez Bolaños a través del Chapulín Colorado. Por ello creo que su legado, la comunicación simple, sencilla y que resalta valores, es un buen modelo a seguir por los comunicadores en nuestro país, quienes ahora tenemos la responsabilidad de generar los contenidos de la televisión, la publicidad, las noticias, etc. Es un buen momento para reflexionar sobre la calidad y relevancia de los contenidos que estamos ofreciendo a los niños y jóvenes de nuestro país.

Veo con agrado que la presión permanente que hacen los consumidores, a través de las redes sociales, sobre la calidad de los contenidos, viene siendo tomada en cuenta por el organismo de autorregulación de la televisión y la radio. Creo que algo se ha avanzado y que aún hay un largo camino por delante, pero soy testigo de la voluntad de cambio y que estamos a tiempo de corregir este modelo que seguro fue producto de una "chispoteada".Si los comunicadores no enfrentamos ahora este importante reto, entonces "quién podrá defendernos" de los niños de mañana.

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