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Las mujeres kenianas suelen cuidar mucho su cabello. Lucen extensiones y peinados de muy distintos estilos, a menudo con adornos de plástico que terminan en la basura.

Assumpta Khasabuli ha reemplazado las fibras sintéticas por unas naturales. En su salón de belleza solo se emplean fibras de sisal.

Estas extensiones de origen vegetal son ecológicas, pero también baratas y resistentes.

Una vez por semana ella misma recoge hojas de sisal; luego las seca, engrasa y empaquetas las fibras para ofrecer extensiones de colores sin ejercer un daño al medioambiente.

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