MDN
Informe Global de Riesgos

 La capacidad global para actuar de forma colectiva ante crisis graves y urgentes se encuentra en un nivel crítico. Esto, unido al empeoramiento de las relaciones internacionales, dificulta cada día más la adopción de medidas eficaces frente a los serios desafíos del mundo. Mientras tanto, un panorama económico cada vez más sombrío —en parte debido a tensiones geopolíticas— parece reducir aún más el potencial de cooperación internacional en 2019. Estas son las principales conclusiones del Informe Global de Riesgos 2019 del Foro Económico Mundial, publicado hoy.

El Informe Global de Riesgos -que incorpora los resultados de la Encuesta Anual de Percepción de Riesgos Globales, realizada a aproximadamente 1,000 expertos y responsables de la toma de decisiones-, destaca el deterioro de las condiciones económicas y geopolíticas. Las disputas comerciales empeoraron rápidamente en 2018 y el informe advierte que el crecimiento en 2019 se verá frenado por las continuas tensiones geoeconómicas. Un 88% de los encuestados esperan un mayor deterioro de las normas y los acuerdos comerciales multilaterales.

Los esfuerzos en cooperación internacional se ven no sólo amenazados por las adversidades económicas, sino por el aumento de las tensiones geopolíticas entre las principales potencias. El 85% de los encuestados mencionaron que esperan un 2019 con mayores riesgos de “enfrentamientos políticos entre las principales potencias”. El informe aborda además los riesgos asociados a un orden mundial “multiconceptual”, en el que las inestabilidades geopolíticas reflejan no sólo los cambios en el equilibrio de poder, sino también la creciente disparidad en los valores fundamentales.

“Con el comercio mundial y el crecimiento económico en riesgo en 2019, es aún más urgente renovar la estructura de cooperación internacional. Simplemente no tenemos las herramientas para hacer frente al tipo de ralentización a la que nos podría llevar la dinámica actual. Lo que necesitamos ahora es una acción coordinada y consensuada para sostener el crecimiento y hacer frente a las graves amenazas a las que se enfrenta hoy el mundo”, dijo Børge Brende, Presidente del Foro Económico Mundial.
En el panorama de riesgos para los próximos 10 años, los riesgos cibernéticos continúan manteniendo su relevancia, pero los riesgos ambientales dominan las preocupaciones de los encuestados más allá del corto plazo. Los cinco riesgos ambientales que aborda el informe se encuentran de nuevo en la categoría de alto impacto y alta probabilidad: pérdida de biodiversidad; eventos climáticos extremos; fracaso en la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo; desastres provocados por el hombre; y desastres naturales.

Alison Martin, Directora Global de Riesgos de Grupo Zurich, comentó: “El año 2018 fue, tristemente, un año de incendios forestales históricos, continuas inundaciones y un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. No es de extrañar que en 2019 los riesgos ambientales vuelvan a dominar la lista de las principales preocupaciones. También lo hace la creciente probabilidad de fracaso de la política ambiental o la falta de aplicación oportuna de esas políticas. Para responder eficazmente al cambio climático se requiere un aumento significativo de la infraestructura para adaptarse a este nuevo entorno y la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono. Se prevé que para 2040 el déficit de inversión en infraestructura mundial alcance los 18,000 billones de dólares, frente a las necesidades previstas de 97,000 billones de dólares. Con este trasfondo, recomendamos fuertemente que las empresas desarrollen una estrategia de adaptación climática resiliente y actúen ahora”.

Los riesgos ambientales también plantean problemas para la infraestructura urbana y su desarrollo. Con el aumento del nivel del mar, muchas ciudades se enfrentan a soluciones muy costosas para problemas que van desde la extracción de agua subterránea limpia hasta las barreras para grandes tormentas. La falta de inversión en infraestructura crítica como el transporte, puede dar lugar a desajustes en todo el sistema y exacerbar los riesgos sociales, ambientales y sanitarios asociados.

John Drzik, Presidente de Riesgo Global y Digital de Marsh, mencionó: “La persistente falta de financiación de infraestructuras críticas en todo el mundo está obstaculizando el progreso económico, haciendo que las empresas y las comunidades sean más vulnerables tanto a los ciberataques como a las catástrofes naturales, y desaprovechando los beneficios de la innovación tecnológica. Asignar recursos a la inversión en infraestructura, en parte a través de nuevos incentivos para las asociaciones público-privadas, es vital para construir y fortalecer las bases físicas y las redes digitales que permitirán a las sociedades crecer y prosperar”.
A nivel individual, la disminución del bienestar psicológico y emocional es tanto una causa como una consecuencia del panorama global de riesgos, lo que repercute, por ejemplo, en la cohesión social y la cooperación política. El Informe Global de Riesgos 2019 se centra explícitamente en este aspecto humano de los riesgos globales, y presta especial atención al rol que desempeñan las complejas transformaciones globales que se están produciendo, tanto a nivel social, como tecnológico y laboral. Un tema común es que el estrés psicológico se relaciona con un sentimiento de falta de control frente a la incertidumbre.

El informe de este año retoma la serie “Impactos Futuros”, en la que se reconoce que la creciente complejidad e interconexión de los sistemas globales puede dar lugar a una espiral de retroalimentación, con efectos en cascada. Estos escenarios de “qué pasaría si…” alimentan la reflexión, ya que los líderes mundiales evalúan los posibles sucesos que podrían desestabilizar rápida y radicalmente al mundo. Los repentinos y dramáticos eventos de este año incluyen referencias al uso de la manipulación del clima para avivar las tensiones geopolíticas, la informática cuántica y emocional, y los desechos espaciales.