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Neoliderazgo

En un momento en el que los trabajadores y los consumidores hacen frente a un entorno incierto y en constante cambio, el concepto “liderazgo responsable” cobra más sentido que nunca. La crisis del COVID-19 ya ha traído cambios en la forma en la que vivimos y trabajamos, con impacto a largo plazo. Liderar con compasión y preocupándonos por nuestros empleados y la sociedad es más importante que nunca, según

Prácticamente todas las compañías están aún tomando decisiones que afectarán a la forma en la que trabajamos tanto a corto como a largo plazo. Pero la velocidad es esencial, en un momento en el que las plantillas y la sociedad se esfuerzan por seguir en marcha, mientras luchan por continuar con su día a día.

Hablando claro: tu plantilla quiere confiar en ti. Y lo hará́ si cree que los directivos se preocupan por cada uno de sus colaboradores, la sociedad y la humanidad en su conjunto.

Más allá́ de preocuparse, los líderes deben demostrar que cuentan con un plan. No han de tener respuestas para todo, pero sí ser transparentes sobre lo que implica tomar decisiones. Para ayudar a la gente en tiempos de volatilidad, es de gran relevancia contar con un equipo directivo capaz de mirar hacia el futuro y responder de forma proactiva en vez de reactiva.

La confianza se sustenta en la capacidad de los líderes para satisfacer las necesidades físicas, mentales y relacionales de las personas. Si bien todas estas necesidades tienen igual importancia, a continuación, se clarifica el orden en el que logran cambios.

Actúa ahora

  1. Reúne a la tropa. Desarrolla un plan con tus directivos y actúa de forma centralizada. Recoge feedback de todas las áreas de la organización y de todo tipo de trabajadores.
  2. Libera a los empleados de tareas y trabajos innecesarios. En un momento en el que la gente está preocupada por sus necesidades más básicas y sus nóminas, facilitar que las personas se centren es clave.
  3. La fórmula del liderazgo responsable es inimitable. Úsala. Forma a los directivos en cinco aspectos: inclusión de stakeholders, emoción e intuición, misión y propósito, tecnología e innovación e intelecto y conocimiento.
  4. La jerarquía tiene los días contados. Si no estás acostumbrado a trabajar con equipos multifuncionales y ágiles, es el momento de empezar. Trabajando en silos o por departamentos no se consiguen resultados.
  5. Eleva a tus líderes con mayor visibilidad basándote en la empatía y en el cuidado. los trabajadores se acordarán de las voces y los rostros que lideraron el cambio durante esta crisis. Asegúrate de que estas personas sean sabias, pero también compasivas y atentas.
  6. Haz que el propósito y los valores de la compañía estén presentes en las comunicaciones e iniciativas que lanzas. Contar con un propósito y unos valores compartidos es lo que activará en los empleados ese sentimiento de pertenencia que tanto necesitan en estos momentos. Ante las cuarentenas y el aislamiento social, la gente quiere conectar.
  7. Habla con trasparencia. No traslades datos. En momentos de estrés y gran ambigüedad, la gente está deseosa de encontrar respuestas claras, algo que se consigue mejor trasladando la realidad de la empresa con trasparencia. Somos humanos: queremos la historia amplia, la verdad.
  8. Líderes en torno a una comunicación constante. Establece unos procesos en torno a la comunicación, con recomendaciones y el tono que se debe utilizar. Los directivos han de estar alineados en toda la organización todos los días.
  9. Siempre necesitarás que tú plantilla trabaje en remoto, al menos una parte de ella. Es el momento. Nada mejor que una crisis para poner en marcha nuevas formas de hacer las cosas, pero la pandemia no ha dejado elección a muchas compañías. Estudios sobre fuerza laboral previo a la pandemia determinó que menos de un tercio de los trabajadores podían hacer un uso completo de la tecnología para hacer su trabajo de forma efectiva. Es el momento de acelerar la colaboración humano+máquina y de apoyar a las personas en la transición hacia formas de trabajo más digitales.
  10. No permitas que la crisis del ahora te frene para avanzar hacia el mañana. Resérvate dos horas al día para centrarte en el futuro de tu organización y de tus empleados. Sentirás que estás ignorando lo urgente, pero dos horas, bien invertidas, ayudarán a tu organización a ir más allá́ del ahora y a prepararse para el futuro.