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Administrar mejor el tiempo de trabajo

 Las probabilidades de que, en algún punto de tu vida, hayas tomado una clase para administrar tu tiempo son altas, o que por lo menos lo hayas leído en libros o hayas intentado utilizar alguna agenda, ya sea física o digital, para priorizar tu día. Y entonces de preguntarás, “¿Por qué, con todo este conocimiento y herramientas, sigo sintiendo que no me alcanza el tiempo para hacer todo lo que tengo que hacer?”, según

La respuesta es simple. Antes de siquiera empezar a administrar tu tiempo, primero debes aprender qué es el tiempo. Un diccionario lo define como “el punto o periodo en el que ocurren las cosas”, es decir, el tiempo es cuando algo pasa.

Hay dos tipos de tiempo: el tiempo del reloj, y el tiempo real. En el tiempo del reloj, tenemos 60 segundos en un minuto, 60 minutos en una hora, 24 horas en un día y 365 días en un año. Todo el tiempo pasa igual. Cuando alguien cumple 50, tiene exactamente 50 años de vida, no más, no menos.

En el tiempo real, todo el tiempo es relativo. El tiempo se pasa volando o se hace eterno dependiendo lo que estás haciendo. Dos horas en un banco pueden sentirse como 12 años, mientras que un niño de 12 años parece haber crecido en dos horas.

¿Qué tipo de tiempo describe el mundo en el que realmente vives?
La razón por la que los aparatos y sistemas de administración y manejo de tu tiempo no funcionan es porque están diseñados a administrar el tiempo del reloj. Y éste es irrelevante. No vives, es más, ni siquiera tienes acceso, al tiempo del reloj. Vives en el tiempo real, un mundo en el que el tiempo vuela cuando te estás divirtiendo o que se hace eterno cuando estás pagando impuestos.

La buena noticia es que el tiempo real es mental, existe únicamente en tu cabeza. Y tú lo creas, así que cualquier cosa que puedes crear, la puedes administrar. Es momento de deshacerte del auto sabotaje o de las limitaciones que has creado alrededor de “no tener suficiente tiempo” o no estar “en el momento correcto” para iniciar un negocio o para manejar correctamente el que ya tienes.

Sólo hay tres formas de pasar el tiempo: pensando, hablando y haciendo (pensamientos, conversaciones y acciones). Independientemente del tipo de negocio que tengas, tu trabajo consiste en alguna de esas tres cosas.

Como emprendedor, lo común es que te interrumpan frecuentemente o que te jalen en diferentes direcciones. Y aunque no puedes eliminar las interrupciones, sí puedes decidir cuánto tiempo les inviertes y cuánto invertirás en los pensamientos, conversaciones y acciones que te llevarán al éxito.