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Al momento de estudiar para un examen o, simplemente, en el día a día, todos tenemos ciertas preferencias y formas de desenvolvernos. Para algunas personas, conocer qué clase de estudiante son es algo inmediato mientras que otros siguen intentando descubrirse. Si bien cada persona tiene su estilo, cientos de profesionales de la psicología alrededor del mundo aseguran que es necesario elegir un método de estudio que sea adecuado a nuestra personalidad, según

Primero es importante establecer qué es el tuyo: auditivo, visual o físico. No necesariamente seas uno o el otro, pero esta clasificación general te puede ayudar a descubrirte como estudiante.

1. Estilo de aprendizaje visual

Para algunas personas es más sencillo recordar información o imágenes cuando las ven representadas de alguna manera. Por ejemplo, muchas personas entienden mejor un texto cuando lo ven representado en un cuadro sinóptico, red, mapa conceptual o cualquier tipo de gráfico. Muchos prefieren utilizar colores y técnicas que les ayude a visualizar y recordar determinadas palabras o imágenes.

2. Estilo de aprendizaje auditivo

Otros necesitan escuchar la información de otra persona o, en ocasiones de ellos mismos, para poder retenerla. Este tipo de estudiante suele preferir estudiar con otras personas para discutir de forma oral la información ya que, de esta manera, tiene mayor posibilidad de recordarla. Para esta persona es inútil estudiar en silencio.

3. Estilo de aprendizaje físico o kinético

Para muchas personas es necesario asociar el aprendizaje de un tema con algún movimiento físico. Por eso necesitan moverse constantemente y les cuesta quedarse sentados en un lugar. Pueden recordar, por ejemplo, cómo se sentía la tapa de un libro al tacto, o qué estaban haciendo cuando leyeron determinada información.

Técnicas de aprendizaje

Ahora que ya sabés qué estilo de aprendizaje te queda mejor, podés leer las siguientes para adoptar aquellas que te gusten. Recordá que cada persona tiene su propio estilo y la universidad es el lugar ideal para probar distintas técnicas y ver cuáles te resultan mejor para cada ocasión.

  • Tomá apuntes: si bien grabar las clases o tomar notas en tu computadora parece más fácil, no desestimes tan rápido el poder de la escritura a mano. Tomar apuntes puede ser una buena oportunidad de fijar conocimientos, principalmente para los alumnos con un estilo de aprendizaje más visual. Es más fácil retener información si recordamos haberla escrito.
  • No sobre estudies: si, leíste bien. A veces parece que la única forma de aprender algo es leerlo hasta el cansancio. Pero, según especialistas en la , demasiado tiempo de lectura puede ser perjudicial. Es mejor leer algunas veces el material y luego dedicar tiempo a intentar recordarlo, y repetir este proceso una y otra vez.
  • Fragmentá el material: el aprendizaje se da mejor por asociaciones ya que esa es la manera en que el cerebro recuerda las cosas. Es aconsejable organizar el material de estudio en partes, con títulos y subtítulos, o palabras clave para aprenderlo por partes y de forma organizada.
  • Usá palabras clave: cada vez que termines de leer un párrafo o una página podés hacer anotaciones con palabras claves en un margen para recordar esa información más fácilmente. 
  • Usá los cinco sentidos: si aún no sabés cuál es tu estilo de aprendizaje, quizás sea buena idea probar con distintas técnicas que estimulen tus sentidos. Podés, por ejemplo, dibujar cuadros en un pizarrón, grabarte recitando el contenido y luego escucharte, ensayar frente a un espejo y mirarte, entre otros.
  • Pegá carteles o post-it: puede resultar muy útil pegar carteles por aquellas habitaciones o lugares de la casa por los que pases seguido. En estas notas podés anotar conceptos que te parezcan más difíciles o importantes para poder revisarlos. 
  • Asociá imágenes con palabras: si te resulta más fácil recordar una palabra por asociación con una imagen podés estudiar con tarjetas o flashcards en las que incluyas los conceptos y una imagen representativa.
  • Utilizá números: asociar cierta información con números es otra técnica de aprendizaje. Por ejemplo, para estudiar procesos o etapas podemos asignar un número a cada uno y recordarlos por orden.

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