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La playa de Agua Dulce suele ser un mar de humanidad, repleta de hasta 40,000 personas por día durante el verano del hemisferio sur de Perú, que se extiende de diciembre a marzo.

La nueva de ha cambiado todo eso. El presidente de Perú, , declaró el estado de emergencia a medida que las muertes comenzaron a aumentar y ordenó a las personas que se quedaran en casa, vaciando en gran medida la playa de las personas.

La franja de media milla de largo (kilómetro de largo) de arena marrón grisácea a 12 millas (20 kilómetros) al sur del centro de Lima es normalmente un refugio para las clases trabajadoras, un lugar donde los visitantes de las tierras altas andinas se sumergen un dedo del pie en el mar.

Pero en los últimos días, un ejército de aves marinas ha reclamado el territorio arenoso abandonado por la gente. Los puentes peatonales densamente abarrotados están casi vacíos. En lugar de huellas humanas caóticas, la playa está tatuada con huellas de gaviotas y pelícanos.

Los oficiales de policía que recientemente monitorearon la playa en busca de vendedores sin licencia que atienden a las multitudes ahora caminan por la playa vacía para advertir a los posibles nadadores. Los atrapados generalmente son soltados con una advertencia.