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Huawei

Según datos de la consultora IDC, Huawei tiene actualmente una cuota de mercado de la telefonía móvil en todo el mundo del 19 %, por delante de Apple (11,7 %) y sólo por detrás de Samsung (23,1 %), por lo que Google se arriesga a que una quinta parte del mercado global deje de usar su buscador, Gmail, Google Maps, YouTube y Google Play.

Google gana dinero fundamentalmente mediante la venta de anuncios, por lo que dejar de estar presente en los teléfonos Huawei significaría perder una importante cuota de mercado, llegar a menos gente, reducir su impacto publicitario y, potencialmente, ganar menos dinero.

Si en el caso de Google las implicaciones son indirectas, en el caso de los fabricantes de chips estadounidenses (que también se han cerrado a Huawei), los efectos serán inmediatos: pérdida como cliente del mayor fabricante de componentes de telecomunicación del mundo y del segundo mayor fabricante de móviles.

Intel, Qualcomm, Xilinx, Broadcom, Micron Technology y Western Digital dejarán de suministrar microprocesadores a Huawei, que controla un 28 % del mercado mundial, por encima de la sueca Ericsson (27 %) y la finlandesa Nokia (23 %).

El impacto será mayor para Intel y Broadcom, muy expuestas al gigante chino, y mucho menor para Qualcomm, que apenas les vende componentes.

La gran duda -que ha quedado eclipsada por Google- es qué hará Microsoft, cuyo sistema operativo Windows es usado por los ordenadores y tabletas de Huawei, pero pese a ser consultada sobre ello por Efe, la compañía ha evitado pronunciarse al respecto por el momento.

También fuera de los focos estos últimos días está Apple, ya que la empresa de Cupertino no tiene en principio vinculación alguna con Huawei, pero en caso de que la guerra comercial entre EE.UU. y China vaya más allá, sería sin lugar a dudas una de las tecnológicas que más sufriría las consecuencias.

Algunos medios especializados en EE.UU. incluso apuntan a la posibilidad de que, conscientes de su vulnerabilidad, el Gobierno chino use a Apple (que obtiene un 20 % de sus ingresos en China) como arma arrojadiza contra Trump como represalia por Huawei