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Mexicanos

El Zócalo de Ciudad de ha sido el epicentro de protestas y celebraciones nacionales desde la conquista española. En la plaza principal de la capital actualmente abunda la rabia contra Estados Unidos y el gobierno de Donald Trump.

Luego de que Trump forzara una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y luego amenazara con aplicar aranceles a menos que México redoble sus esfuerzos para contener la migración en sus fronteras se llegó a un acuerdo temporal que frenó la crisis, pero la situación dejó a los mexicanos furiosos y cuestionando su ya prolongada dependencia del mercado estadounidense.

Como presidente de EE.UU., Trump "debería ser un ejemplo, pero hace todo lo contrario", lamentó José Luis Solórzano, barrendero de 58 años que trabaja en el Zócalo. Mencionó los impactos sociales y económicos de las iniciativas de Trump, debido a las cuales a muchos mexicanos les resulta más difícil visitar a sus familias en el país vecino. "Esto perjudica a nosotros y a la relación entre EE.UU. y México", comentó.

México es solo uno de los objetivos de la política exterior combativa de Trump, con la amenaza de aranceles para presionar a intereses estadounidenses utilizada como un garrote contra aliados tradicionales y enemigos por igual.

En un comienzo los mexicanos no le dieron mayor importancia al discurso político de Trump, pero mientras se acercan las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020 con la garantía de que el mandatario volverá inevitablemente a centrar su foco más allá de la frontera, el gobierno de México reconsidera su relación con EE.UU.

Es un dilema muy particular para México, que vive su segunda gran crisis con el vecino del norte desde que Trump amenazara con poner fin al libre comercio en 2017.

México se ha comprometido a intensificar sus medidas contra los inmigrantes para evitar los aranceles y el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que quiere seguir siendo amigo de Trump, pero esa postura puede no estar en sintonía con la de muchos mexicanos comunes y corrientes que forman la base política de AMLO y no logra mitigar los temores de algunos miembros de la comunidad empresarial.

México ya registraba la peor percepción sobre Trump entre los encuestados por el Pew Research Center en octubre: solo el 6% señaló que es un líder capaz. Asimismo, el porcentaje de mexicanos que piensan que las relaciones con EE.UU. malas se ha cuadruplicado en los últimos cuatro años.

Grandes banderas mexicanas adornan muchas plazas públicas en un país donde el nacionalismo es profundo y donde el sentimiento antiestadounidense recién ha menguado en las últimas décadas, aunque no por mucho tiempo.

"El sentimiento antiestadounidense latente que estuvo dormido en los últimos 30 años tiene una gran posibilidad de resurgir", indicó Andrés Rozental, otrora subsecretario de Relaciones Exteriores en el gobierno de Carlos Salinas, quien negoció el TLCAN con EE.UU. y Canadá.

"Todo lo que se construyó en los últimos 30 años está siendo destruido por el presidente de EE.UU. porque está sacando ventaja política de esta estrategia para acusar a México de los males que ocurren en EE.UU.".

La pregunta en México, al igual que en otros países, es qué está dispuesto a hacer el gobierno al respecto. La respuesta sugiere más y más que el enfoque de Trump provoca no solo rabia a corto plazo, sino que además arriesga causar daño a largo plazo a las relaciones de EE.UU. en todo el mundo.

Un ejemplo: Alemania, Francia y el Reino Unido respaldan un vehículo para fines especiales a fin de eludir sanciones estadounidenses contra Irán, mientras que la Unión Europea lleva a cabo esfuerzos para reforzar el euro y reducir la dependencia del dólar.

México exportó unos US$ 28,000 millones en productos agrícolas a EE.UU. el año pasado, principalmente cerveza, aguacate, tomates, tequila y bayas. Importó US$ 19,000 millones en productos agrícolas estadounidenses, incluidos maíz, soja y carne.

En un exclusivo club de negocios en Ciudad de México, donde AMLO elogió la semana pasada el acuerdo temporal para romper el impasse con Trump, en privado se habló de diversificación para garantizar el futuro económico de México. Algunos incluso preguntaron si México y EE.UU. son aliados en absoluto.

"Lo que se ha vuelto muy claro para el sector empresarial mexicano es que necesitamos mirar a otros mercados y no depender tan desproporcionadamente del comercio con EE.UU.", afirmó José Manuel López Campos, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo. Agregó que canalizar la gran mayoría de las exportaciones al mercado norteamericano en las últimas décadas ha sido "un error de política pública".

México ha intentado potenciar su relación con China. El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, planea visitar el país tras la cumbre del G20 de este mes en Japón. López Campos acotó que es parte de una ofensiva general con foco en Asia, aunque EE.UU. ya tomó nota.

Alfonso Romo, jefe de la Oficina de Presidencia de AMLO, reveló que el secretario de Comercio de EE.UU., Wilbur Ross, le pidió en abril no permitir que China invierta en proyectos estratégicos en México.

Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario, aseguró que México firmará acuerdos de libre comercio con Brasil, Argentina y Ecuador en breve, mientras que el sector agrícola presiona por un tratado con Corea del Sur. México y China aprobaron hace poco un protocolo de comercio de plátanos y el sorgo es el próximo en la agenda.

La alta concentración de exportaciones mexicanas a EE.UU. "Se ha convertido en una debilidad y estamos buscando una estrategia de diversificación", manifestó en una entrevista. No se hizo mucho tras las primeras amenazas de Trump en 2017, pero ahora "somos disciplinados al respecto. Es nuestra estrategia. Hablamos en serio de esto". El subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, explicó el martes que encontrar socios comerciales aparte de EE.UU. ayudará a diversificar el riesgo.

Pese a la advertencia sobre las intenciones de Trump en 2015, México sigue tan dependiente como siempre de EE.UU. Los recientes esfuerzos para diversificar no han hecho que las exportaciones bajen del 80% que suman en el último siglo, sostuvo Rozental.

Si bien es demasiado pronto para decir si el ataque más reciente de Trump provocará cambios de política reales, lo que sí ha provocado es un resurgir nacionalista en todo México. El país se considera a sí mismo un refugio para disidentes como los refugiados españoles en la época del dictador Francisco Franco, lo cual choca con la postura de Trump, aunque las encuestas sugieren que la opinión mexicana sobre la migración se está endureciendo.

Las encuestas de opinión sugieren que los votantes quieren que AMLO plante cara a Trump e incluso diplomáticos como Rozental aseveran que México debió haber expuesto las verdaderas intenciones de Trump con los aranceles. Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados del propio partido de AMLO, criticó la negociación de un acuerdo que, a su juicio, deja a México en una situación "semicolonial".

En el Zócalo, Uriel López Onofre, estudiante de maestría de 24 años, se paró a la sombra de la gigantesca bandera mexicana que adorna la plaza para protegerse del sol del mediodía y "contemplar su país". Aseguró que AMLO fue inteligente al no enfrentarse a Trump en el tema de los migrantes centroamericanos, pero precisó que pudo haber dado una respuesta más contundente. El presidente mexicano pareció estar diciendo: "golpéame, pero no te devolveré el golpe".