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La oficina de Shane Pearlman es diferente a la de la mayoría de los directores ejecutivos. Trabaja desde su balcón con vistas a la Playa de Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria.

Según el portal, a la izquierda se encuentra el Auditorio Alfredo Kraus, la sala de conciertos que lleva el nombre de uno de los hijos más famosos de la isla, Alfredo Kraus Trujillo, el célebre tenor. A la derecha, El Confital, otra de las playas de la capital grancanaria.

“¿Quién necesita aire acondicionado cuando tienes la brisa del mar en tu puerta?” piensa Pearlman.

La empresa de diseño de aplicaciones y sitios web de Pearlman, Modern Tribe INC, no tiene sede. Los empleados trabajan desde sus propias casas en todo el mundo.

Por lo tanto, sí, el es posible y ya existía antes de la pandemia.

Estos son los cinco consejos de Shane Pearlman, en sus propias palabras, sobre cómo gestionar un equipo de personas que tengan que teletrabajar para que puedan hacerlo desde cualquier lugar.

1. Prepara una lista de puntos clave para encontrar el entorno adecuado para ti

Mi esposa y yo solíamos vivir en Santa Cruz, California. Decidimos que queríamos criar a nuestra familia en el extranjero. Entonces hicimos una lista gigante. Las categorías incluyeron conectividad, zona horaria, aeropuerto, instalaciones comerciales, infraestructura, sistema de salud y educación.

Nos fuimos a vivir a lugares como Japón, Costa Rica o la República Dominicana, pero duramos un escaso mes en cada uno de esos destinos. Ninguno de ellos cumplía la mayoría de puntos que pusimos en la lista.

Tiempo después llegamos a Gran Canaria, a finales de 2015, que cumplía con la mayoría, si no todas, nuestras expectativas. Los mosquitos aquí no quieren matarte, y hablo después de experimentar las picaduras de los mosquitos de Nicaragua.

Esa es la belleza de trabajar de forma remota, que puedes ser independiente de la ubicación. Puedes estar a miles y miles de kilómetros de tus compañeros de trabajo y a pesar de la distancia, todo funciona. Eso sí, tienes que disfrutar del entorno adecuado. Si todo no está más o menos alineado, estás luchando contra una causa perdida.

2. Usa un calendario

Mi jornada laboral se divide en diferentes partes: trabajo, familia y hobbies. Al final de cada jornada laboral, hago una lista de tres prioridades clave, y estas serán las tres cosas que consideraré más importantes para hacer al día siguiente, no siempre tienen que ver con el trabajo.

La gente habla del equilibrio entre el trabajo y la vida. No existe tal cosa. Es una falacia total, solo hay vida. El trabajo es un factor entre muchos. Diseñar tu vida es tomar el control.

Por eso pongo “cenar con mis hijos” y “navegar” en mi calendario, junto con los plazos de los proyectos.

3. Establece límites

Escoge un espacio de trabajo, uno con puerta y que aísle el sonido. En Modern Tribe Inc, pagamos un plus de 100 euros a nuestros empleados para que puedan comprar un escritorio nuevo o incluso puedan pagar la mensualidad de un espacio de coworking. Siempre a su elección.

Sé profesional. Por favor, recuerda no usar el baño cuando estés usando Zoom. Aun así seguirán sucediendo fallos épicos de este tipo: recuerdo que mi hijo pequeño entró corriendo a la habitación cuando estaba en una reunión importante. “Papá, hice caca”, anunció con orgullo. “Eso es genial, hijo. ¿Qué tal una ronda de aplausos?”

4. Mantén la curiosidad sobre tus empleados

Queríamos vivir en el extranjero para exponer a nuestros hijos a otras formas de pensar. La gente se queda atrapada en un punto de vista. Tu verdad no existe, hay muchas verdades. Cuando trabajas de forma remota, debes identificar los problemas y solucionarlos. No puedes esperar a recibir instrucciones, preguntar es siempre una buena opción.

En mi industria, la tecnología, todo cambia rápidamente. Es importante estar siempre al día para no desactualizarte. Como jefe, soy ingeniosamente intrusivo. ¿Cómo está tu madre? ¿Estás aprendiendo algo nuevo? ¿Qué estás leyendo? Estos son los tipos de preguntas que suelo hacer a mi personal.

5. Don’t worry, be happy

Hace unos 12 años, justo antes de que naciera mi hija, le pedí consejo a mi padre.

“Oye, papá, criaste a tus dos hijos a tus 30, así que...” Mi padre pensó durante un rato y luego me respondió: “No te asustes cuando coman arena”.

Cuando nos mudamos a San Diego, cuando era un niño, el primer día fuimos directos a la playa. Como buen niño lo primero que hice fue comerme toda la arena posible. Después de llevarme urgencias, los médicos les aseguraron a mis padres que la arena saldría y que todo estaría bien.

Y para mí, esta fue una gran lección: la mayoría de las cosas salen bien.

Descubrí que lo que necesitaba en mi equipo, el perfil de trabajadores que quería, es el de personas felices. No necesariamente personas muy estrictas o demasiado serias en su trabajo, sino aquellas que hacen que nos sintamos bien trabajando juntos.

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