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A pesar de haber sido uno de los países que más temprano implementó medidas para aumentar el distanciamiento social y restringir la movilidad de sus ciudadanos, Perú es en este momento uno de los países más golpeados por el en . El bajo y algunas características sociodemográficas han impulsado un mayor número de casos en el país, con respecto a la región.

Según ambos factores se han manifestado a través de cinco dimensiones:

  • La mayor frecuencia de visitas a los mercados tradicionales

Perú destaca como uno de los países de América Latina con la menor penetración de refrigeradores en los hogares (50%), muy por detrás de otros países de la región. En el caso de los hogares de bajos ingresos, la estimación es que solamente uno de cada cinco hogares (21.9%) tiene ese electrodoméstico en casa. Esto, unido al menor precio de los alimentos frescos frente a los procesados, explica una alta frecuencia de visitas a los mercados tradicionales.

  • Aglomeraciones en los mercados tradicionales los convirtieron en foco de contagios

Pruebas realizadas a mediados de mayo a los comerciantes de los principales mercados tradicionales, mayoristas y minoristas, han mostrado una alta prevalencia de casos positivos (entre el 50 y 85% de los comerciantes). Además, los toques de queda limitaban el horario de apertura, incluyendo el cierre todo el domingo. Esta situación contribuía a las aglomeraciones los días en los que se puede hacer compras.

  • Baja bancarización y aglomeraciones en las oficinas bancarias

Perú es unos de los países de América Latina con menor bancarización: el 57% de los adultos en Perú no tiene una cuenta bancaria, porcentaje que aumenta al 73% de aquellos adultos que se encuentran entre el 40% con menores ingresos. En consecuencia, muchos de los beneficiarios con los bonos entregados por el Gobierno tuvieron que hacer en persona el retiro de su dinero en las instituciones bancarias, con horarios reducidos de atención por el toque de queda. Esto ha generado también aglomeraciones en las oficinas bancarias.

  • Una mayor informalidad laboral y el incentivo a quebrar el confinamiento

Alrededor del 71% de la población económicamente activa en el Perú se encuentra empleada en el sector informal, uno de los porcentajes más altos entre las economías más grandes de América Latina. La mayor parte de estas actividades genera ingresos día a día, por lo que su logística de funcionamiento también es diaria. La propia estructura del mercado laboral y de las actividades económicas han generado oportunidades de contagio.

  • Un mayor hacinamiento en los hogares

Un elemento diferencial adicional en el caso peruano es el hacinamiento de los hogares a los cuales regresan los infectados en mercados, oficinas bancarias o transporte público. Perú es uno de los países de la región con hogares con mayor número de miembros, y tiene, junto a Colombia y México, uno de los mayores porcentajes de hogares donde conviven al menos tres generaciones (15%).