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Seis claves para entrenar tu destreza en superar la adversidad

Ante los giros de la vida que nos enfrentan con la adversidad, es posible trabajar internamente para superarlos y adquirir la destreza para sortearlos, según .

Con la práctica adquieres la maestría porque SABES cómo hacerlo. Esto se logra descubriendo tu patrón exitoso interno para repetirlo una y otra vez y lograr mejores resultados. Un patrón es una secuencia que tienes internalizada, por lo general atravesada por creencias y paradigmas acerca de cómo deben ser las cosas. Cuando sucede algo, actúas en función de ese patrón pre-aprendido.

La buena noticia es que es posible cambiar ese patrón por otro más contributivo para los resultados que deseas lograr, por más difícil que sea la situación.

Todo parte de conocer cómo funciona tu mente. En palabras sencillas, cada proceso mental que haces produce un resultado; es la mente subconsciente la que tiene impregnadas las emociones y sensaciones, y por eso, si logras influenciarla positivamente, cambiarás completamente los resultados que obtienes en el plano consciente (las ideas, los pensamientos que configuran tu realidad).

6 claves para entrenarte en superar la adversidad

Muchas veces no es posible que evites lo que sucede, porque simplemente irrumpe (una crisis, una pandemia, una reestructuración en la empresa, una desgracia familiar). Lo que sí podemos hacer es activar un mecanismo mental interno que produzca un efecto completamente diferente. Por lo general, ante la adversidad las personas pueden sentir miedo, incertidumbre, frustración, decepción, negación e ira, entre otras manifestaciones. Si logras reconducir esas misma energía emocional, y darle un nuevo significado, podrás elevarte por sobre el problema, sin dejar de sentirlo con toda la crudeza que se presente; aunque lo verás de otra manera: desde la óptica de la posibilidad, de las alternativas; a veces, de la aceptación incondicional de lo que estás viviendo.

Diseñé estas seis claves que practico siempre que se presenta la adversidad en mi vida. Te invito a conocerlas y, si lo deseas, a practicarlas consistentemente:

Primera: descubre las emociones que sientes. Reconócelas y busca equilibrarlas y calibrarlas lo mejor posible.

Segunda: balance de positividad. En este punto, la propuesta es que hagas cada día un balance de todo lo positivo que está presente, por pequeño que sea. Hay muchos aspectos que pasamos de largo cuando estamos en el medio del desafío. Esto ayudará a nivelar la balanza interior.

Tercera: observa tus reacciones automáticas. Cuando nos sentimos agotados, frustrados, con miedo o decepcionados es posible que tengamos la tendencia a sobre reaccionar ante las cosas, lo que crea un círculo vicioso de mayor preocupación dentro de ti y en tu entorno.

Cuarta: trabaja en ti. Lleva un registro de tu estado interno; medita; practica tu fe, cualquiera que sea, toma un curso; expresa en palabras lo que sientes o escríbelas; lee material edificante; rodéate de personas que nivelen hacia arriba.

Quinta: haz algo distinto cada día. Un camino diferente, una llamada para alentar a otro (si, aunque no te sientas muy bien eres el aliento de alguien más), ayudar en la calle; hasta la cortesía consciente expresando más de lo habitual “gracias” y “por favor”.

Sexta: La práctica hace al maestro. La clave final es practicarlo tres semanas seguidas continuamente. Observa cómo va cambiando tu estado de ánimo y entras en aceptación versus el sufrimiento real o aparente, con motivos o sin ellos, que estabas padeciendo.

Recuerda esto: el enfoque en soluciones abre tu mente. El enfoque en problemas, la cierra y genera más preocupación.