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Tras la crisis financiera de 2008, el informe Global Risks Report 2018 del Foro Económico Mundial explora 10 posibles crisis futuras, incluidas la escasez de alimentos, la extinción de peces, fallas tecnológicas y otra crisis financiera.

1.- No hay suficiente comida para todos
El informe argumenta que, si un evento climático extremo coincidiera con inestabilidad política existente o la enfermedad de los cultivos, podríamos ver una gran crisis alimentaria de la noche a la mañana.

La interrupción de uno de los puntos de la cadena podría causar también, refiere, una escasez mundial inmediata y alzas en los precios, a su vez provocando crisis políticas y económicas y, en última instancia, conflictos.

2. - Algoritmos incontrolables
La mayoría de los temores sobre la inteligencia artificial (IA) tienden a centrarse en robots asesinos o la automatización de la fuerza de trabajo, cuando el informe sugiere un escenario diferente: algoritmos de bajo nivel, o lo que los autores llaman "malezas de IA", que se ahogan lentamente en Internet.

Así, a medida que nos volvamos más dependientes de los códigos que pueden escribir su propio código (el quid de la inteligencia artificial), perderemos la capacidad de rastrearlo y controlarlo, ante un escenario en el cual el mundo depende en gran medida de internet.

Entre las soluciones propuestas está el desarrollo de normas, regulaciones y estructuras de gobernanza para inteligencia artificial.

3.- El final del comercio tal y como lo conocemos
Brexit, Trump, políticas proteccionistas, entre otros, está socavando la globalización y el comercio internacional tal y como lo conocemos.

Las instituciones diseñadas para resolver disputas comerciales se han debilitado como resultado.Ante lo cual, el informe argumenta que la marcha continua contra la globalización podría llevar a que se violen abiertamente las normas multilaterales.

4.- Debilitamiento de la democracia
La democracia está bajo una gran presión. La polarización de la política podría empeorar, dejando a la gente aún más radicalizada ideológicamente y con menos espacio para el compromiso. “En el peor de los casos, el debate político podría ser reemplazado por el uso de la fuerza, una situación particularmente preocupante en áreas con historia de violencia política”, indica.

"También necesitamos comprender mejor las fisuras democráticas que están causando actualmente la economía, las redes sociales y los patrones cambiantes de identidad nacional", dice el informe.

5.- La extinción de los peces
Otra gran amenaza que plantea es el aumento de la pesca ilegal a través del uso de barcos no tripulados.

Los buques no tripulados no solo podrían agotar las poblaciones de peces, perjudicando irrevocablemente a las comunidades que dependen de ellos, sino que podrían causar inestabilidad política al desviarse hacia las aguas nacionales.

Así, las medidas de represalia de las naciones podrían conducir a tensiones diplomáticas o militares, refiere el informe.

A modo de solución, el informe identifica esquemas específicos como marcadores genéticos para rastrear peces a lo largo de la cadena de suministro y una mejor observación de embarcaciones, así como nuevas normas e instituciones de gobernanza global, particularmente aquellas enfocadas en tecnologías emergentes.

6.- Otra crisis financiera global
El informe advierte que otra crisis financiera será difícil de enfrentar. Mientras que el colapso sistémico se evitó en la última crisis financiera, si vuelve a ocurrir, puede que no tengamos tanta suerte.

Así, un shock similar podría empujar a países, regiones o incluso a todo el mundo al límite y entrar en un período de caos.
"Si los sistemas financieros entran en crisis, las economías y sociedades contemporáneas no pueden funcionar. El dinero dejaría de circular. Los salarios no serían pagados. Las cadenas de suministro se descompondrían. La escasez comenzaría a generalizarse, y esto amenazaría con trastornar el orden político y social", advierte.

7.- El aumento de la desigualdad
La investigación científica sobre la bioingeniería y fármacos que mejoran la cognición está en sus inicios, aunque no por mucho tiempo.

Esta vía de experimentación podría brindarnos muchos beneficios, pero también podría perjudicarnos, pues son costosas y solo beneficiarán a los ricos, indica el informe.

Los diferentes países pueden abordar sus usos de manera completamente diferente, lo que lleva al advenimiento del "turismo de salud".

Aunque también tienen el potencial de ampliar la desigualdad ya arraigada en nuestro mundo. "Esto podría desencadenar la inestabilidad social y los conflictos entre los que tienen y los que no tienen", advierte.

8.-  La ciberguerra sin normas
La guerra del siglo XXI no involucrará armas de fuego o bombas, sino ciberataques a gran escala, plantea el informe.

Si los sistemas de infraestructura críticos de un país se ven comprometidos por un ciberataque, lo que lleva a la interrupción de los servicios esenciales y la pérdida de vidas, habría una enorme presión para que un gobierno tome represalias.

Ante lo cual, los gobiernos deben establecer normas y protocolos acordados para la guerra cibernética, muy similares a los que existen para la guerra convencional en la actualidad. Esto ayudaría a evitar que el conflicto estalle por error o no se pueda frenar.

9.- ¿Quiénes somos?
El informe argumenta que nuestra necesidad de identidad nacional y autodeterminación ya está dando lugar a violencia e inestabilidad.

Así, los Estados que expulsan a las minorías étnicas o religiosas, las minorías nacionales que intentan alcanzar la independencia y los Estados - nación que se liberan de las limitaciones internacionales a su soberanía son ejemplos de esta búsqueda de identidad.

Una mayor promoción y protección de los derechos culturales y políticos dentro de los Estados ayudaría a calmar las tensiones sobre la identidad nacional.

También lo haría el fomento de vínculos económicos y de otro tipo más fuertes entre los estados que comparten fronteras disputadas, sugiere el informe.

10.- El colapso de internet
Si los ciberataques son más probables, podrían terminar colapsando Internet, apuntala.

Las naciones podrían construir muros digitales para protegerse. Pero esta podría no ser la única razón. Los gobiernos también pueden optar por hacer esto sobre la base del proteccionismo económico, la divergencia normativa o la censura y la represión.

"Si los gobiernos sintieran que están perdiendo poder en relación con las empresas mundiales online, también podrían tratar de controlar Internet", precisa.

Ante lo cual, habría una barrera para el flujo de contenido y transacciones. Los avances tecnológicos se reducirían. Mientras que algunos podrían dar la bienvenida a esto, otros no lo harían. Es probable que haya muchas soluciones alternativas ilegales, indica.

El informe, cabe precisar, que presenta estos riesgos no como predicciones, sino como elementos de reflexión.

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