Si bien el Perú y otras naciones latinoamericanas empezaron a aplicar desde fines de febrero fuertes medidas de distanciamiento social y restricción de la movilidad para evitar contagios con el Covid-19, tres meses después, actualmente aún están lejos de aplanar la curva de contagios, según advierte el World Economic Forum (WEF).
Ello se da, pese a que las naciones sudamericanas coincidieron con España en la fecha de inicio de esas medidas de prevención, según indica esa entidad.
Más aún, observa que, a diferencia de esa nación europea y otras del viejo continente, que hoy ya están volviendo a la “normalidad”, los países de América Latina están también lejos de hacer lo mismo sino que se han convertido en el nuevo epicentro de la pandemia.
Entre los 15 países del mundo con mayor número de casos confirmados hay cuatro latinoamericanos: Brasil, Perú, Chile y México, de acuerdo con cifras de la Universidad John Hopkins de EE.UU. actualizadas al 17 de junio.
Estados como Paraguay, Uruguay y Costa Rica, que registran un número bajo de contagios confirmados y no llegan a la treintena de muertos, son excepciones a la tendencia general de la región que apunta al alza y aún está lejos del aplanamiento de la curva, considera el WEF.
En el artículo “5 factores que contribuyeron a convertir a América Latina en el epicentro de la pandemia en el mundo”, que publica la WEF cita un análisis de BBC sobre los mencionados factores.
Así, en primer lugar, la BBC se pregunta si las cuarentenas estuvieron mal sincronizadas, y señala que si en un país no están circulando casos de coronavirus no tiene sentido aislarse porque no se va a lograr nada.
Y, en el otro extremo, si se espera demasiado hasta tener muchos casos circulando en las calles, costará mucho más trabajo contener la propagación cuando ya está disperso, según señala a BBC Mundo Carlos Arturo Álvarez, médico infectólogo y profesor de la Universidad Nacional de Colombia.
El experto afirma que hubo países como Brasil y México que tomaron estas medidas de forma tardía pero que también hubo otros que las quisieron aplicar al mismo tiempo que en Europa, cuando en esta región apenas la situación estaba en etapa incipiente.
Álvarez subraya que el confinamiento sirvió para reducir el número de contagios en algunos países como Colombia pero que en la medida en la que comienza a levantarse (la cuarentena) también se produce un aumento de los casos.
“Durante la crisis en Europa, muchos peruanos que estudian y trabajan allá regresaron al país, así como lo hicieron después desde Estados Unidos. Allí recibimos la primera ola importante de infectados”, explica Eduardo Gotuzzo, profesor emérito de la Universidad Cayetano Heredia de Lima.
Gotuzzo, a su vez ex director del Instituto de Medicina Tropical de la citada universidad, añade que a la limitación de que en Perú no tenían gran cantidad de pruebas moleculares se sumaba el hecho de que solamente había un laboratorio que podía realizarlas.
“Eso ya lo habíamos criticado cuando la pandemia de H1N1. Teníamos un laboratorio, con pocas pruebas, lo que creó una gran dificultad para diagnosticar la enfermedad”, apunta.
En contraste, Álvarez destaca el caso de Chile como un ejemplo positivo en términos de la gran cantidad de pruebas diagnóstico que está realizando, uno de los argumentos que explicaría por qué ese país aparece como el tercero de la región con mayor número de contagios confirmados.
“Una ventaja que tiene Chile es que hacen muchos diagnósticos y, claro, mientras más diagnósticos haces, más casos detectas. El que no hace diagnóstico, no detecta”, señala el experto.
En términos de acceso a materiales de laboratorio, respiradores y equipos de protección personal, los expertos destacan que América Latina enfrentaba una dificultad adicional debido a que debe importar estos insumos.
Mantener a la población bien informada con mensajes claros y coherentes es, según los expertos, un elemento fundamental para que la lucha contra la pandemia funcione.
El doctor Eduardo Gotuzzo, por ejemplo, señala que en Perú había personas que no sabían cómo usar las mascarillas o lo hacían de forma descuidada, por lo que estas no cumplían su función.
Lo mismo vale para las instrucciones relacionadas con la necesidad de guardar distanciamiento social o de evitar aglomeraciones, pues muchas personas seguían haciendo reuniones con sus familiares y amigos.
En otros países, han sido las propias autoridades las que han transmitido un mensaje desacertado.
“Estamos experimentando un aumento muy importante de casos en muchos países. Esto probablemente tiene que ver con los retos que enfrentan los países de América Latina con la pobreza, la economía informal y las dificultades para aplicar las medidas de distanciamiento social”, dijo Jarbas Barbosa, subdirector de la Organización Panamericana de la Salud, a BBC Mundo.
Carlos Arturo Álvarez señala que las medidas de confinamiento son muy difíciles de cumplir en América Latina.
Gotuzzo destaca cómo, paradójicamente, en Perú el pago de una ayuda social a las familias más pobres pudo haber servido para expandir los contagios, pues las personas debían acudir a sucursales bancarias para hacer efectivo el cobro.
El experto considera que los grandes mercados populares también se convirtieron en centros de contagio pues los trabajadores informales -sin ahorros para quedarse en casa- debían salir cada día a trabajar pero también a comprar lo que necesitaban y en esas grandes aglomeraciones se infectaban y luego contagiaban a sus familias.