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Verizon Communications Inc. ha abandonado todos los planes de vender teléfonos del fabricante chino Huawei Technologies Co., incluido el nuevo Mate 10 Pro, debido a las presiones del gobierno estadounidense, según personas al tanto del tema.

La medida es posterior a la decisión adoptada este mes por AT&T Inc. de no introducir el Mate 10 Pro en el mercado estadounidense. Los dispositivos Huawei continúan funcionando en las redes de ambas empresas, pero las ventas directas les habrían permitido llegar a más consumidores que a través de terceros.

La renovada preocupación gubernamental de cara al espionaje chino crea un posible obstáculo en la carrera entre Verizon y AT&T por ofrecer 5G, la nueva generación de servicio móvil súper-rápido.

Huawei puja por posicionarse entre los primeros en ofrecer un teléfono con capacidad 5G, pero el dispositivo podría considerarse prohibido para los operadores estadounidenses que están comenzando a ofrecer el servicio de la nueva generación este año en algunas ciudades.

Se supone que las redes 5G se usarán en todo, desde los teléfonos hasta los autos autónomos y la inteligencia artificial. Los organismos de seguridad estadounidenses y algunos legisladores temen que los teléfonos 5G fabricados por compañías que puedan tener lazos estrechos con el gobierno chino representen un riesgo para la seguridad.

Esta posible amenaza ha llevado a la administración Trump a analizar planes, no sólo de mantener los equipos chinos fuera de la red, sino también de nacionalizar la construcción de un sistema 5G como hizo Estados Unidos con las carreteras interestatales en los años 1950. La idea fue rotundamente criticada por dirigentes industriales y legisladores de ambos partidos este lunes.

“Tu teléfono es el principal caballo de Troya”, dijo Roger Entner, analista de Recon Analytics LLC. “Si alguien controla tu teléfono, puede hacer montones de cosas. En una hipótesis de pesadilla, pueden activar el micrófono o la cámara y, --si alguien trabaja para un contratista de defensa o un fabricante de chips-- puede obtener información sensible”.

Huawei y Verizon se negaron a hacer declaraciones.

Los teléfonos son sólo la última chispa en un conflicto mucho más amplio entre los Estados Unidos y China que se retrotrae a más de una década.

Huawei pasó a estar en la mira estadounidense en el 2003, cuando Cisco Systems Inc. demandó a su rival con sede en China, acusándolo de robar código de software para sus enrutadores de red.

Huawei negó los cargos y retiró algunos productos. La compañía llegó luego a dominar las ventas de equipos de redes en China y actualmente es el mayor proveedor mundial de equipos de redes, pese a no haber hecho prácticamente ninguna incursión en los Estados Unidos.

El incidente alimentó la percepción de que las compañías en China tienen ciertas ventajas con respecto a los Estados Unidos debido al apoyo gubernamental, la mano de obra barata y una consideración poco rigurosa en relación con los derechos de propiedad intelectual.

Huawei ha pasado el último decenio combatiendo esta impresión como parte de un esfuerzo para ganar acceso al mercado estadounidense.

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